Cuando hablamos de la navidad, estamos hablando de la fiesta familiar por excelencia, es un momento que definitivamente marcará nuestro año, aún y cuando este ya está por terminar.
La época navideña es una época que invita a la reflexión, al análisis y al balance de lo que hicimos y lo que dejamos de hacer.
Si a todo esto agregamos que este momento del año tiene como componente fundamental la relación con nuestros seres queridos, el momento es aún más significativo.
Sabemos pues que en este año 2021 la pandemia ha convertido esta celebración en algo distinto a lo que habíamos vivido desde nuestra niñez.
Estamos terminando el segundo año en el que mundo continúa luchando contra un enemigo invisible llamado Covid19.
Esta guerra que el virus le ha declarado a la humanidad ha cobrado la vida de 5 millones y medio de personas y las consecuencias que acompañan a la enfermedad son devastadoras en términos emocionales, económicos y sociales.
Lo más triste es que esta navidad seguirá marcada por todas las ausencias de seres queridos que lamentablemente no tuvieron oportunidad frente al ataque de este letal virus.
Hay mucho dolor en la sociedad y mucho hartazgo por las consecuencias de seguir viviendo en tiempos de cuidado y confinamiento.
Cuando creíamos que las cosas habían pasado, una nueva variante acompañada de una nueva ola de contagios nos recuerda lo frágil que la vida es y cómo puede desvanecerse en un instante.
Debemos, sin embargo, aprender a vivir en esta adversidad, hacerle frente y sortearla.
Debemos adaptarnos a una realidad que no hemos podido aceptar en dos años y que si continuamos sin aceptarla podríamos durar una década luchando contra este mal.
La intensidad del sufrimiento o el pesar que cada uno de nosotros pueda llevar, tiene que ver con todo aquello que hemos perdido o vemos amenazado, por supuesto que en primer lugar están las personas que se han ido, pero también se encuentran las rupturas emocionales, sentimentales, la pérdida de trabajo o proyectos laborales que se han ido y que todo en conjunto representa un proceso de aceptación que los humanos debemos vivir y comprender, pero sobre todo continuar, y debemos hacerlo.
No soy experto, ni pretendo jamás explicar cómo debemos pasar estas fechas, cada uno de nosotros tiene sus luchas personales son sus propios demonios internos y satisfacciones.
A lo largo de este año invariablemente todos hemos pasado por situaciones difíciles, pero hemos salido adelante y aquí estamos, así que, dejando a un lado toda la elocuencia o consumismo que envuelve a esta fiesta, tomemos un tiempo para dar gracias por lo pasado y lo vivido y celebremos que se nos permite seguir en este sinuoso camino llamado vida, acompañados de nuestros seres queridos.
El presente es hoy, disfrutémoslo, el futuro ya vendrá y lo afrontaremos.
Que los buenos deseos de estas fechas se conviertan en las realidades del mañana. Feliz Navidad.