La sociedad mexicana ha comenzado a relajarse, y la verdad no tendría por qué.
El falso optimismo, que es impulsado ciertamente desde el gobierno federal, no debe llevarnos por caminos y expectativas erróneas que en nada ayudan ante la situación que estamos viviendo.
Es verdad, que en las últimas semanas hemos experimentado una baja en los casos de COVID-19, pero estamos muy lejos de cantar victoria.
En este país la estrategia anti COVID, si es que podemos llamarle estrategia, es una burla. Llevamos un año completo de estar escuchando estupideces de parte de nuestro gobierno y lo peor es que las ponen en acción.
Desde el principio se ha denostado a la opinión científica y al consenso mundial, al gobierno federal le ha valido madre las recomendaciones esenciales y lejos de poner un ejemplo para sus ciudadanos, continúa con soberbia auto defendiendo su fracaso.
Hemos escuchado muchas veces las frases de triunfalismo por nuestro accionar afirmando que somos ejemplo mundial.
No creo en verdad que un solo país en el mundo envidie la condición de México.
El sábado pasado una publicación federal, ha confirmado la magnitud de la tragedia, 320,000 fallecidos en México por causas asociadas al COVID y mientras tanto en palacio nacional se guarda silencio.
No es capaz, el Presidente López Obrador, de afrontar una realidad que le escupe en la cara su fracaso.
Ahora bien, si ya vimos que del gobierno no va a venir la solución, pues entonces hagamos algo.
También tengamos conciencia y no empecemos con nuestra irresponsabilidad volcándonos en las calles, en fiestas, en reuniones y de más.
Los especialistas y científicos están alertando sobre una posible tercera ola de contagios, que amenaza con ser incluso más peligrosa que las dos anteriores.
En otros países donde se han relajado las medidas, se ha tenido que regresar a un tercer confinamiento, para muestra están Francia, Italia, Corea del Sur.
En México se están dando las condiciones ideales para que la tragedia sea mayor, seamos responsables y en este tiempo de vacaciones, cuidemos a los demás, cuidándonos a nosotros mismos.
