Una de las grandes presunciones que López Obrador pregonaba durante sus años de gobierno, era que el no necesitaba sentarse a negociar con la oposición.
Una oposición denostada, relegada y que ni siquiera las “manitas” metió en esta primera mitad del sexenio.
La bonanza morenista resultado del abrumador tsunami de votos del 2018, permitió que las cámaras de diputados y senadores fueran totalmente controladas por el Presidente sin problema alguno.
Pero en esta vida nada es eterno, el desgaste natural de gobernar y los constantes desatinos hicieron que toda la geografía legislativa cambiará en este 2021, dejando a Morena sin la mayoría calificada.
Lo sucedido con la desaprobación de la reforma eléctrica, esa gran reforma que estaba llamada a ser la cereza en el pastel de este gobierno, prende señales de alerta para lo que podría suceder en este último tramo de esta administración.
Fue una derrota muy dolorosa para el ego de nuestro tlatoani.
López obrador está acostumbrado a pregonar sus victorias y en este momento de necesidad se le ocurrió sacar la nacionalización del litio, era imperativo minimizar el terrible descalabro sufrido y el litio se convirtió en su puerta de salida.
Pero las cosas no se olvidan tan fácilmente, la oposición se mantuvo en sus principios y se dio cuenta de que Morena no es invencible, por el contrario, el partido en el gobierno comienza a verse desgastado, los escenarios de confrontación promovidos desde López Obrador y que permean a sus dirigentes y partidarios, comienza a hartar a la población. Esta necesidad de polarizar las simpatías se convierte ahora en la nueva narrativa de cara al 2024.
Ya no es posible seguir con argumentos de acabar con la corrupción, esta mas que visto que es lo que menos le interesa a Morena, ahora estaremos en una narrativa de patriotas y traidores, de siervos de la nación y conservadores enemigos de la patria.
Debemos tener cuidado de no caer en este juego de difamaciones y señalamientos. Ya han comenzado a generarse algunos ataques verbales y físicos hacia legisladores de oposición, impulsados por este tipo de descalificaciones.
Morena comienza su desgaste, la ineptitud que sus gobiernos han demostrado en Zacatecas, Michoacán, Guerrero y demás entidades, solo evidencia la falta de capacidad y responsabilidad de las huestes morenistas.
El Presidente ha tenido un mal 2022, pero es un experto en generar las cortinas de humo que su administración necesita para salir avante y seguramente ya estará planeando la siguiente, veremos si nuestro país le sigue el juego o termina ya por darle la espalda.