Todo comenzó la madrugada del domingo. En las primeras horas del día de elección, policías municipales de Lerdo, detuvieron a un grupo de activistas de Morena por supuestas acciones de compra de votos.
El incidente, si bien es cierto corresponde a un delito electoral, no constituye una situación que no hubiera podido suceder a cualquier hora del día o lugar en el estado, sobre todo cuando tus activistas no conocen la ciudad ya que son foráneos.
Todo podría haber concluido en minutos, sin embargo, envuelta en su papel de mujer maravilla, la en ese momento, candidata a la gubernatura decidió aparecerse al momento, casualmente a esas horas andaba por ahí, impidiendo que la fuerza policial realizará sus deberes.
De igual forma también arribo al momento su coordinador de campaña Rafael Palacios y juntos defendieron a sus activistas como si la vida les fuera en ello.
No entiendo quien asesoraba a la candidata o en qué momento se les ocurrió que era buena idea arriesgar a la Sra. Vitela a una situación que seguramente daría de que hablar y que ante las evidencias no la dejaría bien parada.
Lo relevante de observar la fiereza con que la candidata defendía a estos perfectos desconocidos levantó demasiadas suspicacias en torno a su forma de trabajo.
Estaría mal asesorada, que información podrían tener estos operadores, porque andaba tan sola, donde estaba su equipo cercano, en fin, preguntas que evidenciaban una falta de criterio en este accionar.
Al pasar de las horas la jornada electoral siguió su curso, la guerra de encuestas de salida comenzó y todos presumían buenos números.
Con el pasar del tiempo y fieles a las más antiguas prácticas de triunfalismo, desde la ciudad de México, Mario Delgado salió a cantar victoria en Durango y otros estados, haciendo énfasis en la abrumadora ventaja que llevaban.
La debacle se confirmó poco después, en un acto carente de sentido se promulgó una rueda de prensa extraña en Durango capital para anunciar el triunfo de Marina, pero sin la presencia de la candidata.
Toda la plana principal de Morena, Ruta 5, PT, RSP, Verde y demás partidos y siglas arropaban a un Gonzalo Yáñez triunfante y proclamaban una victoria tanto en la capital como en el estado, claro una victoria sin la candidata, ahí las cosas ya no pintaban bien.
Después en otra improvisación más del equipo de la aspirante se convoca a otra rueda de prensa, ahora en Gómez Palacio, donde de nueva cuenta se canta victoria con las caras más largas de la historia.
En una exposición a la prensa sin respaldo de personajes importantes, rodeada de desconocidos y con el ánimo de un funeral, nuevamente se canta una victoria, pero con un llamado a que el pueblo defienda lo que el pueblo decida.
Totalmente erróneo el mensaje, el lenguaje corporal y lo desangelado del evento la pregunta es ¿Por qué exponer a una persona a este escrutinio sin cuidarla o arroparla?, alguien en el equipo de Morena quiso exhibir a sus dos candidatas principales, en la gubernatura y en Gómez palacio y lo logró, un desatino tremendo de parte de su partido.
Para cerrar con esta cadena de errores, al más puro estilo novelesco, por la noche en una casilla ubicada por el rumbo de Jabonoso, la candidata a la alcaldía municipal Betzabé Martínez, protagonizó un evento bochornoso en donde con todo lujo de prepotencia vociferó y ofendió a funcionarios, agentes de la vicefiscalía y público en general, exigiendo la presencia de la Guardia Nacional, la policía municipal y cuanta autoridad se le ocurrió, por un supuesto robo de urnas.
Retuvo a los inculpados dentro de una camioneta durante horas y citó a prensa para enjuiciarlos públicamente, para que al final la autoridad competente determinara cediendo a la petición de la candidata y después del registro del vehículo señalado se comprobó que todo era mentira y las urnas estaban resguardadas dentro de la casilla.
Después de este papelón, la candidata tuvo que retirarse entre abucheos e improperios.
Ese fue el colofón de una jornada llena de desaciertos en dónde Morena mostro su verdadero rostro, la cara de un movimiento desorganizado, carente de liderazgo, lleno de ocurrencias, corrupción y prepotencias.
Así imposible ganar.
