Sin cuota de género, sin respeto a prestigiados o desconocidos, Iván García aceptó el reto de compilar Líneas de fuga. Muestra de poesía mexicana contemporánea (1960-1986), que incluye a poetas indígenas; selección lejos de lo considerado canónico. Una apuesta diferente. Un libro que reúne 26 autoras y autores, con homenaje a la gran chamana zapoteca María Sabina y a Jesús Gardea, reconociéndoles dotes poéticos, la primera por sus cantos y el segundo porque sus novelas son poesía.
Un libro en el que surgen nombres como: Gabriel Bernal Granados (“la lenta carrera/ de la hormiga/ disolviendo/ el tallo/ de la flor”); Heriberto Yépez (“Cada vez que escucho la palabra ‘cultura’, pego un grito que prueba que pertenezco a la esfera de los animales”); Hugo García Manríquez (“tomar el lado de Sigüenza y Góngora/ y proteger de la muchedumbre a la Biblioteca/ como por siglos han hecho las letras/mexicanas”); Roberto Bernal (“Es que la sangre daba brotes en sus patas. O es que sus huesitos tartamudeaban en el lodo. No sé.”); Tania Favela Bustillo (“en la prisión de Koishikawa/en tiempos del régimen Tokugawa/ antes de la ejecución/ flores”); Guillermo Arreola (“Puro carbón saciándose con las dádivas que deja el día”); Inti García Santamaría (“Los brillos de sal/ sobre nuestros cuerpos oscuros/ son estrellas/ fugaces.”); Karen Plata (“que si ves las estrellas con atención/ puedes saber el día de tu muerte”).
Iván García en la introducción: “¿Cuántas mujeres están incluidas? ¿Cuántos hombres? ¿Cuántos indígenas? ¿Cuántos homosexuales? ¿Cuántos de provincia? Nada más lejos de este libro que un criterio de cuota”. Juan Alcántara en la contraportada: “El lector urgido de llegar a las experiencias poéticas más radicales —por directas— logradas en nuestro país, celebrará que haya tenido que ser a través de una igualmente gozosa estrategia crítica que bien puede calificarse de contracanónica, antioficial y postmexicana.”
El Ediciones edita Líneas de fuga. Una apuesta de la poesía en verso y narrativa que hasta ahora no ha encontrado una crítica justa, esa donde “en lo que va del siglo se han publicado 16 antologías y muestras de poesía mexicana contemporánea”. El fenómeno es digno de difundirse.