Cultura

Y luego, ¿qué?

José da un sorbo a su bebida gasificada, baja en sodio y endulzada con aspartame, mientras ojea su libro de ciencia ficción, donde la humanidad está por sucumbir ante un cataclismo climático. Durante la trama, el personaje principal descubre, entre los escombros de una ciudad, dos empaques de raciones para astronautas y, en medio del fin de ese mundo, comienza a imaginar cómo sería la comida en su futuro. Concluye que esta sería generada en grandes máquinas con sabores artificiales, sustitutos de carne, sin grasa ni azúcar y repleto de vitaminas y minerales, aunque todo servido como lo hacen en los mejores restaurantes.

Estamos lejos de aquellas predicciones que realizaban caricaturas como Los Supersónicos, en forma de píldoras; o películas como Volver al Futuro, con casos como pizza o pavo deshidratados.

Pareciera que el futuro de la gastronomía gira alrededor de alimentación sustentable, conciencia social y eliminación en el exceso de sodio, carbohidratos, grasas trans y azúcares. Por otra parte, la formación de cocineras y cocineros parece tener un repunte frente al crecimiento de oportunidades laborales, impulso al turismo y desarrollo de infraestructura. Esto con base en datos del INEGI, quienes reportaron un crecimiento del 10%en turistas internacionales, en 2023, a comparación del 2022.

Esto explica el por qué hay un aumento de estudiantes de la Licenciatura en Gastronomía que, una vez culminadas sus Estancias Profesionales, se quedan a laborar en los espacios donde fueron aceptados o, al menos, en los destinos turísticos a donde se trasladaron, tanto dentro del país como fuera, principalmente en España. Estos datos son recabados, simple y sencillamente, por medio de las redes sociales, que se convierten en testigos de sus logros, ya sea por medio de fotos o historias donde muestran tanto sus propias creaciones, como su ambiente laboral o momentos de descanso.

Un aspecto interesante para analizar radica en las tendencias, conceptos y formas de entender la alimentación en estos destinos. Por ejemplo, hace unos años, en lugares como Cancún, Acapulco, Los Cabos y Ciudad de México, la batuta en cuanto a estilo e influencia debía ser francesa o italiana, y apenas se asomaban las formas orientales. Pero, por lo que vemos hoy, el discurso autóctono, amigable con la naturaleza y bajo presentaciones rústicas, impera tanto en las mesas como en la animación y ambientación de eventos sociales. Y que logramos entender como un retorno a décadas pasadas, con adornos de flores naturales, maderas apolilladas y platos de cerámica con imperfecciones y en tonos pastel u ocre.

Sabemos que estas tendencias suelen ser superfluas, difícilmente se va a tratar de un movimiento comprometido con la estabilidad social, con el comercio justo o con los cuidados a la alimentación como un eje principal. Lo que si interesa es que estas nuevas generaciones en realidad se la crean, para que las nuevas tendencias sean de menor impacto, y no terminemos comiendo raciones para astronautas.


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Benjamín Ramírez
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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