Según la reseña, la visita al restaurante sería todo un manjar, desde la entrada se podía denotar el interés por los detalles y la pulcritud del lugar. En su interior una iluminación tenue, pero balanceada, permitía observar tanto la decoración como la presentación de los platillos. Al encontrarse en un país de oriente, el consumo de productos del mar, específicamente crudos, era una cuestión natural. El guía encargado de servir como interlocutor y punto de referencia miraba con asombro y reconcomio los gestos de su invitado en cada bocado.
Es sabido que las distancias sápidas entre Asía y América pueden ser muy marcadas. Sin embargo, el plato fuerte prometía ser toda una revelación. En cuestión de minutos un grupo de meseros y un cocinero arribaron a la mesa y prepararon el servicio, con muchas reverencias se postraron los platos con trozos de carne de pescado cocidos, rebanadas finamente y hasta rebozados. Antes del primer bocado el guía pronunció la palabra Fugu, que se traduce como Pez Globo.
Pensar que el ser humano a alcanzado un reconocimiento amplio acerca de su entorno es muy osado, en ciertos momentos nos hemos encontrado con problemáticas difíciles de sortear, como lo acontecido con el COVID-19. Aún así, nuestro regocijo ante las últimas tecnologías nos hace pensar que sabemos todo acerca de lo que usamos, vemos, hasta comemos y bebemos. Donde, por medio de un dispositivo inteligente, no será fácil encontrar las respuestas a todo en la vida.
Sin embargo, la razón de las dietas, la clasificación de alimentos y los tabús alimentarios puede tener sus respuestas en la propia historia del hombre. Por ejemplo, en las vivencias de un grupo de mujeres y hombres que deambularon por el desierto cerca de cuarenta años. Los esclavos hebreos que salieron de Egipto comandados por Moisés son claro ejemplo de un grupo que tuvo que vivir una serie de peripecias buscando un lugar donde asentarse. Es donde, ante tal eventualidad, la valoración de los riesgos alimentarios tomó un sentido de fondo, ya que una mala selección o acción en la preparación de los alimentos podía representar el fin de la comunidad entera.
Es así como regresamos al Levítico 11, escrito que estipula el tipo de alimentación que debían llevar a cabo aquellos hebreos y, posteriormente, fue retomado por religiones como la Cristiana, de la cual se desprende gran parte de la dieta Católica. Su razón, grosso modo, servía al principio de evitar la intoxicación, principalmente por el consumo de carne en mal estado o con alguna enfermedad, motivo por el cual se debía tener control del tipo de animales a ser sacrificado y que fuese hecho por un experto. El consumo de animales salvajes, carroñeros o sin conocer los motivos de su muerte, quedaban fuera de la dieta. Es probable que en un inicio solamente fueran recomendaciones o guías de seguridad, pero con el paso de los años, y la suma del fanatismo, estos tomaran una forma estricta.