El país atraviesa por una crisis sanitaria que, hasta el momento, ha cobrado la vida de más de 212 mil personas, según cifras oficiales, ha causado la quiebra de miles de empresas y ha sumergido en la pobreza a millones de mexicanos. A ello se le suma una crisis política, leyes nocivas aprobadas por el Congreso de la Unión y una vacunación lenta que dificulta la reactivación económica y el retorno a la normalidad.
En ese escenario, millones de mexicanos tienen la opción de elegir un nuevo rumbo o confirmar el camino de la presente administración. Muchos son los problemas que necesitamos atender en este momento, pero los más graves son la seguridad y la crisis sanitaria que enfrenta el país.
El manejo de la pandemia de covid-19 ha sido defectuoso y le ha infligido a la población y las instituciones de nuestro país un daño que parece irreparable.
El sistema de salud, desde su inicio en 1943, ha sido beneficiado con grandes progresos que se manifiestan en las condiciones de salud de la población y que se debieron al acceso casi universal a servicios de salud pública, como la vacunación. Actualmente existe un deterioro generalizado de nuestras instituciones públicas de salud, que se manifiestan en serios problemas de abasto de medicamentos y vacunas que demuestran una absoluta falta de visión estratégica de las autoridades ante esta situación.
Otro tema que se debe atender es la violencia que se da de manera cotidiana en México. El gobierno federal ha apelado a realizar un llamado a las madres por parte del titular del Ejecutivo para corregir el camino de los hijos. Pero nada de esto ha funcionado.
Pero el 6 de junio se abre la oportunidad de elegir una nueva opción para el país y por desgracia, vemos cómo algunos candidatos burdamente nos abren las puertas de su intimidad y se exponen a diario de manera calculada en redes sociales.
Por ejemplo, en Nuevo León, Samuel García, candidato de Movimiento Ciudadano, se ha destacado entre sus contendientes porque ha entendido muy bien que, en la era populista, las ideas y las propuestas no le importan a la mayoría y lo importante es ser original y mostrar su vida personal, sin filtros, para que la gente lo sienta cercano y que es confiable.
No importa si no tiene idea de cómo resolver el problema del sistema de salud y la inseguridad, lo importante es hacer política sin parecer político. La política actual se realiza sobre la palestra de exponer las intimidades de los protagonistas, aunque la realidad del país se encuentre devastada.
Bien haríamos en enfocar nuestro voto en quienes tengan propuestas para resolver las necesidades más urgentes del aquí y el ahora y no en los que solo exponen su intimidad y que burdamente despiertan morbo y curiosidad en el electorado.
Arturo Argente
