El vocablo “vox populi, vox dei, que se traduce como “la voz del pueblo (es) la voz de Dios, parece inspirar al Presidente electo en su toma de decisiones, desde hace muchos años. Cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal, solía realizar consultas, para que la ciudadanía determinara si continuaba en el mando o no.
Curiosamente, siempre ganaba por abrumadora mayoría. La gente enloquecía porque continuara. Recuerdo que un servidor y ningún amigo mío fuimos consultados jamás, pero a la manera de Porfirio Díaz, en cada elección presidencial, ganaba por unanimidad.
Recientemente, cuando se trataba de determinar quién sería el candidato de Morena a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, claramente se apreciaba que quien ganaría la votación interna sería Ricardo Monreal. Las aspiraciones fueron sometidas a consulta y ganó Claudia Sheinbaum en una encuesta a modo, que fue ampliamente criticada por la Prensa y por la sociedad
Monreal hizo rabieta y hasta se habló de que dejaría el partido. Sin embargo, poco después se contentó, seguramente ante la promesa de que sería el Coordinador de los senadores de Morena. Y en esto de la política, más vale pájaro en mano que ver de lejos.
Los rebeldes maestros de la CNTE Advirtieron que por nada del mundo admitirán que el futuro mandatario someta a consulta el asunto de la nómina. “Parece que las consultas son el estilo de gobernar de López Obrador ante la falta de definición”, expresó Enrique Enríquez, líder en la Ciudad de México.
Para concretar la construcción del nuevo aeropuerto recurrirá a una consulta en la que nadie cree, cuyo resultado ya conocemos: ¡No a Texcoco! Dicen que desde ahora se vale de los macheteros de Atenco y de las opiniones de sus futuros colaboradores, como Javier Jiménez Spriú, quien ha dado su veredicto complaciente, más que científico, en el sentido de construir en Santa Lucía. Nadie se atreve a contradecirlo.
Los romanos solían usar la expresión Vox Populi sin aplicarla a designios divinos y políticos. Eso hubiera equivalido a pensar que Dios influyó para que Hitler fuera erigido en el führer alemán desde 1934 hasta su muerte o que Chávez y Maduro fueran izados hasta el trono más alto de Venezuela, porque el Eterno Creador así lo decidió.
En las decisiones del mandatario electo, la locución es invariablemente utilizada como sinónimo de orden inapelable del pueblo sabio, guiado por el Dios Supremo.
Vox Populi
- Perfil Mexiquense
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Armando Ríos Ruiz
Toluca /