Entre las bondades de la época de lluvias disfrutamos de los sonidos y colorida presencia de insectos que recuerdan la riqueza de la biodiversidad de nuestro país y el efecto que para la vida tienen estos pequeños seres vivos. Aunque su presencia a veces causa temor o molestia recurriendo al matamoscas o algo para desaparecer al insecto de nuestra vista.
Pero conozcamos un poco sobre estos visitantes del verano para tomar mejores decisiones.
Tal es el caso de un increíble insecto volador, la libélula. Más antigua que los dinosaurios, sus ancestros eran gigantescos, sus alas median hasta 72 cm, las libélulas actuales son pequeñas pero alcanzan velocidades de 80 km por hora al vuelo, y se desplazan en todas las direcciones, actualmente se realizan investigaciones para conocer la biofísica del aleteo independiente que tiene cada ala, y aplicar este mecanismo a la ingeniería de aviones y drones. Sus ojos tienen 30 mil facetas hexagonales permitiéndoles visión de 360 grados, para capturar sus presas. Son hermosas, con sus alas coloridas y su frágil estructura parece que se romperán en cualquier momento. Estos enigmáticos insectos los observamos cerca de los cuerpos de agua o buscando su dieta.
Es muy común confundir una libélula con un caballito del diablo, aunque pertenecen al mismo orden de los odonatos (mandíbula dentada), sus diferencias son claras la libélula tiene un abdomen más voluminoso y el caballito del diablo o señorita, como también se conoce tiene abdomen muy delgado y pliega sus alas.
A estos insectos se les atribuyen múltiples simbolismos; como buena fortuna, representan el cambio, la fortaleza, el equilibrio, la pasión o almas que renacerán en algún momento. También si se posan en la cabeza de una persona se cree que éstas pueden perder la cordura.
Incluso en el México prehispánico la libélula era símbolo de la pureza del agua, hecho que es muy real ya que son habitantes de ríos, lagunas y cuerpos de agua no salada. En el Instituto de Ecología de la UNAM se han realizado estudios que verifican el cambio en la diversidad de libélulas por las transformaciones en los cuerpos de agua y uso de suelo. Por lo que se hace un llamado a cuidar que el acceso y saneamiento de agua se mantenga como un derecho, para cuidar los ecosistemas, garantizar y disfrutar la benéfica existencia de las libélulas y muchos seres que viven en el agua.