En nuestro megadiverso país existen especies que poco conocemos y poco valoramos, pero es necesaria su presencia como parte de la biodiversidad y del equilibrio del ecosistema. En este escenario se encuentran muchos animales y plantas en peligro de extinción.
Ante esta circunstancia encontramos a un simpático y pequeño mamífero, conocido como perrito de la pradera (Cynomys mexicanus) que alcanza hasta 40 centímetros de largo, no pesa más de kilo y medio, es una especie endémica y pariente de las ardillas de tierra, su hábitat natural se ubica en el norte del país, en
los estados de Nuevo León, San Luis Potosí y Zacatecas.
En este último se reportó extinto en el año 1979 aunque la buena noticia es que en el 2004 la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP) logró reintroducir a este mamífero a la zona, aun así se encuentra registrado como especie en peligro de extinción en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
A las causas de su extinción se suman los depredadores como el águila real, el tejón, las serpientes entre otros, y la destrucción de su hábitat natural, que ha llevado a la pérdida de un 62% de su distribución geográfica.
Otro factor en donde los humanos tienen una importante participación en esta extinción es el intenso avance de la agricultura y ganadería ya que además de promover el cambio de uso del suelo donde estos mamíferos viven, se les persigue y elimina porque se les considera un peligro para la agricultura.
Como el desconocimiento y la ignorancia sobre los beneficios ambientales de la biodiversidad es muy grande, se ignora que a estos “perritos” se les ha llamado los “ingenieros de la pradera” pues al cavar madrigueras renuevan los suelos, los oxigenan, infiltran el agua al subsuelo y promueven el desarrollo de pastos en suelos pobres.
Además, sus madrigueras abandonadas son refugio para otros seres vivos en donde se protegen y viven.
Un dato curioso es que su nombre responde a la sofisticada forma de comunicarse semejante a un ladrido de perro y que de acuerdo con los estudios durante 25 años en comunicación animal de esta especie por parte del Dr. Slobodchikoff el ladrido es una llamada de alerta, e información sobre posibles depredadores.
Por su agradable presencia se le busca como mascota lo que seguramente le hace muy infeliz. Conozcamos más nuestra biodiversidad porque lo que no se conoce no se ama.
Arlette López**FES Iztacala, UNAM