Qué incomodidad y a veces hasta pánico vivimos si percibimos la presencia de algún pequeño insecto que con su zumbido no deja dormir o con sus piquetes consideramos que ponen en riesgo nuestra salud.
Motivo de preocupación ha sido en los últimos días la presencia en cantidades poco comunes de pequeños insectos no tan desconocidos, pues han estado presentes en las comunidades humanas,en este caso, las chinches de cama clasificadas en el orden Hemíptero y como Cimexlectularius.
Estos insectos se alimentan de sangre tanto humana como de animales domésticos causando visibles y molestas irritaciones en la piel.
Como cualquier ser vivo las chinches requieren alimentarse con periodicidad, aunque algunas pueden resistir hasta 30 días, y en algunos casos sobreviven un año sin alimento.
La urgencia por desaparecer estos molestos insectos de los espacios que frecuentamos lleva a tomar decisiones drásticas como la fumigación, que en ocasiones no se alcanzan los resultados esperados y termina perjudicando a otros organismos como son los polinizadores y aves, debido a los compuestos tóxicos dispersos en el aire que ingresan al sistema respiratorio.
Conocer la biología de cualquier insecto considerado plaga, es fundamental para eliminarlos al menos de nuestros espacios cotidianos, pues además de su resistencia a diversos productos químicos estos organismos tienen una gran velocidad en su reproducción, en el caso de las chinches de cama una hembra puede depositar seis huevos por semana los que maduran en 10 días, con este antecedente es necesario localizar los espacios donde se depositaron los huevecillos y eliminarlos con frío o calor al igual que a los insectos adultos.
La mayoría de los insectos y otros pequeños seres vivos no son dañinos al humano pero su presencia puede causar una gran ansiedad, hasta fobias, como sucede con las arañas, mariposas que si son de color negro es peor, las libélulas, orugas o animales que se arrastran etc. Por el cambio climático que estamos viviendo seguramente veremos diversas especies que no son tan frecuentes en distintas épocas del año, en este caso mas vale pensar que no es mala suerte, sino la biología de los seres vivos que responden a los estímulos externos que reciben para sobrevivir.
Comprender y conocer más nuestro entorno natural permitirá tomar mejores decisiones para una convivencia saludable con la naturaleza.