Cuando hablamos de héroes o heroínas, nos viene a la mente el rostro de un personaje expresado en una imagen formal, que tiene adjunta una fecha y una narrativa sucinta de los hechos destacados, que el personaje en cuestión realizó.
Esta impresión que recibimos desde niños de los diferentes personajes destacados en la historia de nuestro país, nos llevan a sentirlos ajenos a la vida cotidiana y a no dimensionar el hecho tan relevante que significó ser una persona que tomó decisiones trascendentes que en muchas ocasiones iban contra la estructura de la sociedad e incluso la familiar.
Tal es el caso de muchos de nuestros héroes y ni se diga de las heroínas que lucharon fuertemente además de por su causa, contra los convencionalismos que la sociedad de la época en la que les tocó vivir determinaba para las mujeres.
Imaginemos el entorno educativo de una mujer del siglo XIX, cuándo por la liberación de las leyes de la imprenta fue posible la producción de lecturas en forma más intensa, las mujeres empiezan a dejar el misal a un lado para empezar a leer folletos informativos de la situación del país, ataques a gobernantes, e incluso las lecturas femeninas que trataban de atraer la atención del considerado "sexo débil" sin embargo no era un público realmente importante porque lamentablemente muchas de las mujeres del siglo XIX no sabían leer y escribir pues los objetivos de la educación femenina era ser la compañera ideal del marido, educar a sus hijos, y ser "virtuosas" con todo lo que el término puede significar y que consideraba la sumisión, el recato, la obediencia, la virtud, entre otros. Al carecer también de derechos civiles la educación femenina se orientaba a reforzar la identidad como amas de casa, madres y esposas.
Con este antecedente nació a fines del siglo XVIII y vivió hasta mediados del siglo XIX una destacada heroína de nuestra independencia cuyo largo nombre; María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador y que conocemos como Leona Vicario cumple este 21 de agosto 174 años de su fallecimiento. Sus padres criollos que pertenecían a familias pudientes del virreinato le dieron una educación que no era tan convencional como la época exigía ya que sabía leer y escribir y además hablaba inglés y francés. Ella se sumó a la causa de la independencia siendo perseguida por las autoridades virreinales, sufrió de múltiples privaciones además de la censura familiar y social.
Sin embargo estuvo presente en la guerra de la Independencia desde su principio hasta el final, nunca acudió al indulto ni al perdón de la Corona Española y se le considera "La mujer fuerte de la Independencia". Situación que se destaca en su epitafio grabado en su tumba que dice "A la memoria de doña Leona Vicario de Quintan Roo, la mujer fuerte que consagró su fortuna y sus servicios personales a la causa de la Independencia, asociándose después a la patriótica tarea de su ilustre esposo"
Leona Vicario sigue siendo un ejemplo de tenacidad y amor a la patria sobre todo en el escenario social y político que le toco vivir.