Un tema que en un principio no era tan creíble pero que cada vez se tornó más frecuente y preocupante es el calentamiento global. Este fenómeno que algunos científicos mencionaban que era parte de la dinámica de nuestro planeta, otros lo atañen a múltiples factores que son generados por las poblaciones humanas entre ellos las emisiones de carbono a la atmósfera y a los océanos lo que ha traído consecuencias de importancia para la alimentación y el crecimiento de múltiples especies tanto terrestres como marinas.
El cambio climático afecta a diversas especies en sus ciclos de floración, reproducción y migración entre otras. El vínculo de sobrevivencia que los diferentes seres vivos tienen con el ritmo de la naturaleza es muy estrecho, algunas especies de aves han adelantado la fecha para la postura de sus huevos por el incremento de temperatura en la primavera, la población del osos polar ha disminuido en un 22% desde el inicio de los años ochenta por la disminución de las plataformas de hielo lo que les dificulta cazar sus alimentos, con la consecuente desnutrición y mortandad. Los insectos cambian los tiempos de su ciclo vital así como otros organismos modifican sus comportamientos.
En este sentido no se puede hablar de calentamiento global sin considerar la pérdida de la biodiversidad. Así como no se puede negar que éste fenómeno exista puesto que las evidencias científicas así lo demuestran. ¿Qué hacer entonces para evitar que la temperatura a finales del siglo no suba más de dos grados? Lo que sería catastrófico. En la reciente reunión Cumbre del Clima COP21 realizada en París se tomaron importantes acuerdos para que los países industrializados reduzcan la emisión de gases efecto invernadero y así frenar este preocupante cambio climático. En éste escenario resulta relevante el considerar también el cambio en nuestros hábitos de consumo, promoviendo el reúso de algunos insumos, así como el manejo adecuado y responsable de nuestros deshechos, del agua, de la energía entre otros factores que cada día toman mayor relevancia para nuestra calidad de vida.
Si bien sabemos que hay organismos capaces de soportar condiciones extremas por la fisiología tan especial que tienen, esto no significa que sea una propiedad de todos los seres vivos ni mucho menos que la tengamos los seres humanos. Sin embargo estamos a tiempo de contribuir con nuestro granito de arena mediante el cuidado del ambiente y el uso racional de los recursos para que podamos dejarles a las generaciones por venir un mundo que aprecien en su condición natural y no sea solo una referencia visual o de museo.