Una semana antes de su inauguración, la FIL nos invita a celebrar con un estupendo Festival de Cine Europeo. Como película de inauguración se exhibió la comedia **Gente de negocio del realizador rumano Paul Negoescu. El director quien vino a Guadalajara para impartir una master class y acompañar la proyección de su filme, sorprendió por su juventud – tiene 30 años – y por haber realizado diez cortos y cinco largometrajes exitosos y distinguidos con un buen número de premios. Al revisar el programa del festival salta a la vista la cantidad de coproducciones. Únicamente **Gente de negocios, **Leche materna (Inara Kolmane, Letonia), **Hojas muertas (Aki Kaursmäki, Finlandia), **El chico en el puente (Petros Charalambous, Chipre), **Terykony (Taras Tomenko, Ucrania) y **Mi último año de perdedora (Urša Menart, Eslovenia) fueron realizadas por productores de un solo país. Las demás son coproducciones entre dos o varios países, cosa que al inicio de la Unión Europea hace treinta años todavía despertaba sospechas. Puesto que la nueva Unión Europea creó programas de apoyo para los medios y el cine, no faltaron los críticos que opinaban que esto llevaría a que las películas perdieran su identidad cultural. Por suerte las voces callaron y hoy sería imposible imaginarnos una industria cinematográfica sin coproducciones ni apoyos de fuentes variadas. La posibilidad de pensar y realizar proyectos de países y regiones con realizadores e industrias nacientes ha diversificado y enriquecido enormemente la producción, distribución y exhibición fílmica.
El programa del Festival de Cine Europeo sorprende por la cantidad de países y regiones que se unieron para financiar un proyecto de Oleg de Juris Kursietis, por ejemplo, es una coproducción entre Letonia, Lituania, Bélgica y Francia, ,zMedium de Christina Ioakeimidi de Grecia y Bulgaria, Lobo y perro de Claudia Varejão contó con financiamiento de Bulgaria y España, Nunca volverá a nevar de Malgorzata Szumowska y Michal Englert de Polonia, Alemania y Países Bajos, Que se haga la luz de Marko Skop de Eslovaquia y República Checa y Luzzu de Alex Camilleri de Malta y Estados Unidos. Un filme que, desde México, veremos con especial interés es **La pared del realizador belga Philipp Van Leeuw ya que, como coproducción entre Bélgica, Dinamarca, Luxenburgo y Estados Unidos, narra el conflicto de una agente fronteriza de Arizona que, después de matar a un migrante indefenso, se debate entre el sentimiento de culpa y la convicción de haber actuado “en defensa de su patria a la que ama profundamente”.
La cantidad de coproducciones que crece año por año no sólo se debe a la necesidad de financiamiento. También muestra que el cine europeo se está abriendo con curiosidad y un creciente interés a historias y temas que trascienden sus fronteras. Además de la diversidad se busca la posibilidad de circular las producciones en salas y plataformas de streaming que aceleran la difusión y el número de espectadores. (Y con ello, desde luego, la posibilidad de aumentar la rentabilidad de la inversión). Festejo que en el Festival de Cine Europeo de la FIL se haya incluido opLas ocho montañas de Charlotte Vandermeersch y Felix van Groeningen, coproducción entre Italia, Bélgica Francia y Reino Unido, que se exhibió con mucho éxito en el FICG de junio de 2023 y el documental **@Lenguaje desatado de Claudia Müller (Alemania, Austria), un acercamiento inteligente y profundo a la escritora austriaca Elfriede Jelinek, premio Nobel de 2004, cuya mirada crítica y uso original del lenguaje marcan imágenes, palabras y el ritmo del filme.