Joker (Guasón) de Todd Phillips fue una de las películas estadunidenses más anunciadas de los últimos meses tanto por la actuación de Joaquín Phoenix en el rol de guasón como por las advertencias de medios y redes sociales acerca de posibles actos violentos en salas de cine ya que el filme podía “incitar a la violencia”. La advertencia se debió sin duda al recuerdo de la masacre que un matón cometió durante el estreno de El caballero de la noche en California en 2012, con el resultado de doce víctimas mortales y medio centenar de heridos. Las reseñas y la “Palma de Oro” con la que el Festival Internacional de Venecia distinguió el filme, tranquilizaron el ambiente y Joker se estrenó sin incidentes y con mucho éxito. Un éxito merecido ya que el coguionista y director Todd Phillips y el actor Joaquin Phoenix construyen un personaje y ambiente tan convincente que el estallido de la violencia aparece como acto liberador. El guasón de Todd Phillips es una mezcla de personajes masculinos que marcan una buena parte de la tradición narrativa anglosajona, tanto en la literatura como el teatro y el cine. Nos recuerda los protagonistas de Taxi Driver y El rey de la comedia de Martin Scorsese, Pasión prohibida de Tony Richardson, y Naranja mecánica de Stanley Kubrick. Guasón acumula una serie de experiencias que lo convierten en un hombre enfermo, atormentado y lleno de ira. Hijo de un padre desconocido y una madre enferma tuvo una infancia infeliz. La discriminación social y la convicción de ser un perdedor lo llenan de resentimiento y condenan a una soledad profundizada por el entorno distópico cargado de odio y violencia. Con su cuerpo flaco, sus ojos vidriosos, su carcajada mecánica que enchina la piel y sus movimientos que suelen convertirse en una especie de baile Tai - chi no despierta empatía. Es un ser patético que sufre y no encuentra otro camino para su dolor que la violencia desenfrenada con una arma que llegó a sus manos por coincidencia. “Everything Must Go” (Todo se tiene que vender) dice el cartel que el triste Arthur Fleck y futuro guasón, sostiene en sus manos al inicio del filme. Su traje multicolor frente a una tienda en bancarrota, contrasta con la oscura Ciudad Gótica llena de basura y despierta la agresividad de un grupo de jóvenes que lo atacan. Las primeras víctimas de Arthur, vuelto guasón, son jóvenes exitosos de Wall Street que acosan a una joven en el metro. Les seguirán poderosos hombres de medios y personas que lo han traicionado. Su rebelión es individual pero crea un movimiento de rebeldes con máscaras de payasos que toman las calles con el grito “Muerte a los ricos”. No, Guasón no incita a la violencia. Tampoco es la imagen - espejo de EUA u otras sociedades del mundo. El filme es un estudio de caso que especula e impacta por su visión oscura y simbólica acerca de los posibles orígenes de la violencia y la venganza de ciudadanos vueltos payasos. Lo hace a través de una historia impactante, una estética visual y banda sonora contrastantes y un desenlace anarquista acompañado por la nostálgica canción “That’s life” de Frank Sinatra.
Entre payasos
- La pantalla del siglo
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Annemarie Meier
Jalisco /