Cultura

Eastwood y Cry Macho

  • La pantalla del siglo
  • Eastwood y Cry Macho
  • Annemarie Meier

Música Country, un paisaje texano, caballos y la mano de un hombre viejo en la palanca de velocidades de una Pick Up, introducen a Cry Macho, la más reciente película actuada y dirigida por Clint Eastwood. La letra de la pieza Country habla de soledad, tiempos difíciles y de que nunca es tarde para encontrar un nuevo hogar. Mike Milo (Clint Eastwood), el hombre detrás del volante, llega a un rancho con caballerizas en medio del campo. “Llegas tarde”, le dice el dueño Howard (Dwight Yoakam) . “¿Tarde para qué?”. contesta Mike. Las paredes de la oficina están tapizadas de fotos de rodeos, medallas y recortes de periódico que muestran a “la estrella del rodeo Mike Milo”. Es el año de 1979 y Howard le anuncia que a su edad, después de un accidente y una época de pastillas y alcohol, Mike tiene que dejar el trabajo.

Un año más tarde Howard busca a Mike para encargarle que viaje a la ciudad de México y traiga de regreso a su hijo adolescente que su madre mexicana se llevó cuando tenía siete años. El encargo que el viejo Mike asume por lealtad con su ex patrón, se narra como road movie que enfrenta, junta y acerca a Mike con el adolescente Rafa (Eduardo Minett), un chico rebelde que se fugó de la casa de su madre para dedicarse a la pelea de gallos.

Una película que desarrolla la trama, el suspenso y la relación entre dos personajes a través de un viaje, necesita estar “en movimiento”, jalar hacia adelante y nutrirse de conflictos y cambios externos e internos para no perder el ritmo y el interés del espectador. Puesto que el viaje que lleva a Mike y Rafa del centro de México a la frontera norte, sucede a principio de los años ochenta del siglo pasado, aceptamos, sin demasiada crítica, el carácter elíptico y metafórico del relato. El duelo de masculinidades entre el viejo cascarrabias Mike y el joven rebelde Rafa es divertido, las situaciones de peligro y los diálogos captan nuestra atención. Además, están aderezados con un tercer personaje que “roba” la pantalla y banda sonora: Un bellísimo gallo de nombre Macho que acompaña a Rafa e interviene de manera oportuna en los sucesos.

La película narra un relato sencillo y Estwood, basado en un guión de Nick Schenk y una novela de N. Richard Nash, no se complica la vida con buscar matices y complejidad. Es más, la mayoría de los personajes secundarios y las aventuras de viaje recurren a clisés culturales y de género. El filme, sin embargo, seduce por la naturalidad con la que integra las distintas generaciones de hombres, los idiomas, los animales, el machismo y los personajes femeninos aunque repite el patrón de una mujer “mala” (Fernanda Urrejola) y su opuesto, una mujer muy, muy buena (Natalia Traven). Con Cry Macho Clint Eastwood se permitió crear e interpretar un personaje que se ríe del rol masculino que marcó una buena parte de su filmografía como actor. “Ser macho se sobrevalora”, sostiene Mike en Cry Macho. Otro de sus comentarios autobiográficos y socarrones es: “La vejez no se cura”. El desenlace y la canción mexicana Sabor a ti cantada por Los Panchos, indican, sin embargo, que, aunque no se cura, sí hay manera de endulzar la vejez.

Anemarie Meier


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