Cultura

Atrapado entre espejos y fantasías

  • La pantalla del siglo
  • Atrapado entre espejos y fantasías
  • Annemarie Meier

La secuencia de créditos iniciales de El peluquero romántico de Iván Ávila (2016) nos regresa al pasado: Acompañados por el ruido de un proyector de cine observamos en blanco y negro imágenes de cámara de 8 mm de un patio con macetas, muros sin enjarre y una niña con vestido y mandil anticuados.

La cinta de cine frente a la luz parpadeante lleva a planos fijos que muestran los enseres de una peluquería: Taza para jabón, brocha y navaja para rasurado manual, secadora, toallas y una lámpara de neón que nos recuerdan que las peluquerías de antaño también servían de quirófanos. Y que el cine del pasado existe gracias a una cinta de celuloide y la luz. 

 En la próxima secuencia conocemos a Salvador (Antonio Salinas), un peluquero cuarentón que, en su traje oscuro, camisa blanca y bigote recortado, luce impecable pero igual de anticuado que su casa y peluquería.

Al entrar a la sala de su casa el hombre se detiene un momento y mira, como petrificado, frente a si. La imagen de Salvador “detenido en el tiempo” y mirando fijamente frente a sí, aparecerá a lo largo de todo el filme. Nos explicamos su bloqueo con la muerte de su madre cuyo novenario vemos en algunas escenas.

Sin embargo, la expresión de distancia no lo abandona ni en compañía de sus clientes y amigos, ni con los tragos que comparte con una ex pareja, ni frente a la simpática vecinita que le trae la comida.

Los únicos momentos en los que Salvador se ve alegre es frente a la televisión dónde observa películas de la época de oro y cuando escucha los boleros de su colección de acetatos.

 Con sus paredes color verde turquesa, los espejos y el ventanal hacia la calle, la peluquería de Salvador es un excelente laboratorio de observación para mostrar, como en pecera, el aislamiento de un hombre en una ciudad llena de movimiento y bullicio.

Salvador participa de los rituales masculinos de amigos y clientes: Tiene fama de ser fanático de un equipo de futbol (el Atlas), contesta las “carrillas”, le entra a los tragos y juega dominó.

Sin embargo, cuando está parado frente a un fotomural de los Alpes o en el umbral de la puerta, parece distanciado de todo. También de las mujeres, aunque las largas y frondosas cabelleras despiertan su erotismo.

Está solo incluso en sus fantasías oníricas en blanco y negro que lo muestran con la media desgarrada de una mujer o  arrastrando una larga cabellera (una imagen que recuerda El perro andaluz de Buñuel).

La salvación del atribulado peluquero es de cuento y cambio cultural. Aún así, el hombre sigue fiel a su vocación profesional y estilo de vida anacrónicos.    

 Interesante que la afición por el cine de la época de oro y la música de boleros más que nostalgia por el pasado trasmite la convivencia de distintas épocas, culturas y discursos en una urbe como la Cuidad de México.

El personaje del peluquero romántico forma parte de la cultura popular mexicana, al igual que Tin- Tan en La tijera de oro (Alazraki, 1958), Angélica María en Como perros y gatos (Delgado, 1968) Pedro Armendáriz en El rebozo de Soledad (Gavaldón 1952) y las canciones “Bonita” y “Sin ti” que nutren el relato.           

 En los treinta años de carrera Iván Ávila ha creado un obra fílmica personal y sumamente atractiva lejos de las convenciones de género y estilos narrativos del cine mexicano.

Empezó a crear su filmografía en Guadalajara en 1988 con Conexiones, un corto en 16 mm que muestra a una mujer de edad madura sentada en una cama viendo televisión mientras a su espalda – es decir en sus recuerdos o fantasía - una pareja joven hace el amor.

El tema de la soledad, el distanciamiento, la fantasía, corporeidad y sexualidad, medios de comunicación y tiempo y espacio “líquidos” son constantes en la mayoría de sus cortometrajes y los largos de ficción Adán y Eva (todavía) (2004), La sangre iluminada (2007) y La mañana no comienza aquí (2014).

Aparte de El peluquero romántico, en el año 2016 también realizó uno de los ocho cortometrajes que conforman la película La habitación.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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