Las hadas trabajaron en equipo, unas le dijeron al muralista que abandonará de inmediato la URSS porque la policía de José Salina iba por él.
Otras hadas tocaron a la puerta y le entregaron al artista una carta con carácter urgente, el Partido Comunista le ordenaba regresar a México para trabajar en la campaña presidencial de Pedro Rodríguez Triana.
Diego Rivera terminó así su experiencia soviética, se salvó por poco de terminar congelado en alguna cárcel rusa y Rodríguez Trina tuvo colaborador de lujo en su intento por ocupar la Presidencia del país.
La Casa Estudio Diego Rivera - Frida Kalo de Altavista, en la CdMx se engalanó con la exposición de dibujos, carteles y otros objetos que el artista guanajuatense realizó durante su estancia en Moscú. Exposición muy rica en contenido, pero colocada con calzador en el espacio diseñado por Juan O’Gorman, que definitivamente no fue trazada para albergar una exposición de esta naturaleza.
El recorrido por la Casa es un banquete artístico y político, al margen de la conducta morbosa de muchos visitantes a quienes no les interesa ni mínimamente el valor cultural de la casa y de la exposición de Diego en la URSS, mucho menos del contexto en que se dieron el viaje y el regreso. De vuelta en México, Diego coordinó la campaña del general sampetrino que luchó al lado de Pascual Orozco, estuvo en la Convención de Aguascalientes y fue Jefe del Estado Mayor de las tropas del matamorense Benjamín Argumedo y más tarde combatió con Emiliano Zapata. Rodríguez Triana fue colaborador de Lázaro Cárdenas en el Reparto Agrario de 1936 y 1937 en La Laguna y Yucatán y finalmente fue gobernador de Coahuila en 1938. Por supuesto, Rodríguez Triana no fue presidente de México y Diego Rivera continuó pintando murales.
El general que formó parte de la División del Norte en 1914, murió en 1960. Durante la presidencia municipal de Manlio Gómez, se erigió un busto en memoria del divisionario, estaba en el inicio del bulevar que fue bautizado Pedro Rodríguez Triana, al oriente de la Ciudad y más tarde desapareció. Hace poco agentes de tránsito llamaron a Fernando Garza, Presidente del Comité ciudadano de Festejos Históricos y le dijeron “oiga, tenemos al general Rodríguez Triana, no pasó la prueba del alcoholímetro”.
Después de la broma, el Comité restauró el busto, pagó una placa conmemorativa y espera que el Cabildo de el visto bueno para que se coloque de nuevo el busto del general Pedro Rodríguez Triana, en su sitio original.
Hay mas historias de héroes de nuestra ciudad, nombres de hombres que lucharon por un mejor país y que merecen ser conocidos por los niños de hoy.