"El Tijeras" fue revoltoso, cuando bebía demás era común que se hiciera de palabras con vecinos hartos de su acostumbrado "desmadrito", un buen día y por enésima ocasión fue llevado a la cárcel municipal de San Pedro de las Colonias, Coahuila, ahí era "cliente frecuente", seguramente los policías ya lo conocían porque lo grababan para mofarse de su hilarante inhibición producida por el alcohol.
En una grabación filtrada, se escucha a un elemento de la policía decirle a "El Tijeras", "chingas a tu madre", "ya ves" le dice Javier Carrillo a una mujer policía que a su vez le responde a carcajadas entrecortadas, " ahí´ta, tú pa´qué le dices cosas también...
No te puedes ir así, nada más que se te baje para que te puedas ir", "El Tijeras" también participó de las bromas, llamaba "pinche flaco" y "niña" al uniformado que le "mentó la madre", la profecía de la mujer policía se cumplió, "se le bajó" a tal grado que salió, pero muerto de la cárcel municipal.
Alguien filtró sendos videos donde se puede observar a los policías propinándole tremendas golpizas a "El Tijeras", lo patean en la cara y en el cuerpo, alguna de las patadas que recibió Javier Carrillo terminó por "tronarle" el hígado, las otras hicieron que le estallaran las vísceras.
La familia esperaba afuera de la cárcel municipal de San Pedro a que "El Tijeras" saliera, ya estaba acostumbrada, le digo que era revoltoso cuando se le "pasaban las copas", pero jamás imaginaron que "El Tijeras" saldría en una carroza funeraria, lo mataron en la cárcel.
Ese mismo día, la alcaldesa fue a la manifestación que hizo la familia para exigir justicia, se hizo presente, los quejosos le preguntaban dónde estaban los responsables, ella nunca contestó, solamente dijo que no estaba huyendo, por eso estaba dando la cara.
Se trata de un escándalo de indolencia, abuso de autoridad, violación de derechos humanos, se trata de una fotografía de lo que ocurre en las cárceles de la región, del nivel de arrogancia en la que algunos de los elementos "flotan" por la corporación, con insultos, con vejaciones, con humillaciones.
Por fortuna, la familia puso atención al caso para que la muerte de Javier no quedara impune, lograron conseguir testimonios, videos, declaraciones que derivaron en la detención en Centros Penitenciarios de dos elementos (en Torreón) y una mujer policía (en Saltillo), falta un cuarto presunto responsable que hasta el momento permanece prófugo pero con orden de aprensión.
Esto me remite a lo alejados que estamos de un sistema de justicia adecuado, abierto y plural, porque a hoy, ahí dentro (dentro de las cárceles) hay dueños y animales de rastro.