Suljaa’ en amuzgo significa Xochistlahuaca, que a la vez es el nombre de un municipio de la Costa Chica de Guerrero, conocido por sus hermosos vestidos tejidos a mano. Se trata de un pueblo de usos y costumbres arraigados por la mayoría de la población de origen indígena.
En Xochistlahuaca se pretende construir una presa hidroeléctrica financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, pero ha sido rechazada por los lugareños, ya que no han sido consultados.
Si uno asume que se gobierna para todos, tendría entonces que asumir que se debe gobernar con todos, obedeciendo el mandato de la gente. En las regiones de Guerrero (mayormente las de composición indígena) hay un amplio movimiento social que reivindica la libre determinación de los pueblos. Además existe una red de organizaciones no gubernamentales que los acompañan. También existe una memoria histórica hacia los efectos que tiene la construcción de estos grandes embalses.
Citaré dos ejemplos: La central carboeléctrica Plutarco Elías Calles, en el municipio de La Unión, opera a base de carbón con un consumo anual de aproximadamente 6 millones de toneladas. Las cenizas que genera afectan la pesca y la flora de toda la zona.
Durante mi segundo mandato como gobernador de Guerrero, se pretendió construir la presa La Parota en la cuenca del río Papagayo. El proyecto encontró gran oposición en los pobladores, a quienes se les pretendía reubicar en pequeños espacios y cambiar radicalmente su modo de vida: debían abandonar sus tierras de cultivo y vender su ganado; si tenían suerte, trabajar como peones en la construcción de la presa. Me tocó acompañar este movimiento y sin dudar me puse de su lado.
La Comisión Federal de Electricidad nunca acertó a proponerles una alternativa digna de vida, y el proyecto como todos saben, fracasó. ¿Hasta cuándo entenderán nuestros gobernantes que el poder que no se legitima todos los días con la gente se desnaturaliza? O en pocas palabras: sin el pueblo, nada.
Del anecdotario
Durante la etapa de elaboración del proyecto La Parota hubo un incidente cuando fuimos a los bienes comunales de Cacahuatepec.
Nos trasladamos en helicóptero y me acompañaba Esteban Moctezuma, en su carácter de presidente de la Fundación Azteca; Luis Walton como presidente municipal, entre otros. Bajamos ahí en Cacahuatepec, abordamos una camioneta y a pocos metros sale el líder Marco Antonio Suástegui con varios de sus seguidores armados con machetes. Me bajé del vehículo, le pregunté qué se le ofrecía, me dijo: “no hemos sido atendidos, quiero mostrarte la casa de mi tío que fue muy afectada y no ha recibido ningún apoyo…” y nos fuimos caminando; obviamente Esteban estaba muy impactado de lo que estaba sucediendo. Uno ya está acostumbrado, al menos yo como gobernador del estado.
Llegamos hasta la casa del tío de este señor que platicó que vivía ahí y sí, efectivamente, estaba muy dañada la casa, le ofrecí que íbamos a intervenir. Él no había percibido la presencia de Walton, voltea, lo ve y le dice: “y tú qué haces aquí, lárgate!”. Entonces le contesta Walton: “no tengo por qué irme...”, y entonces Suástegui le dice: “chinga tu madre”, y Walton le contesta: “chinga la tuya”.
Cuando veo que los ánimos estaban escalando, le pedí al coronel Rebollo (que era mi jefe de Seguridad) le pidiera al licenciado Walton prudencia. Se lo llevó a la camioneta y de ahí nos fuimos caminando por todo el centro de Cacahuatepec, hasta el evento donde hicimos una entrega de apoyos a la comunidad. La vida es así.
* Ex gobernador de Guerrero