Lo que comenzó como un ejercicio de comunicación circular desde la Presidencia de la República se ha ido deteriorando de tal manera que el desgaste del Primer Mandatario es notorio y la incontinencia verbal cada vez va a más.
Si no tienes nada inteligente que decir, mejor no digas nada, dice la sabiduría popular, pero quizás el Presidente Andrés Manuel López Obrador no acepta ningún consejo y simplemente se deja ir desde el púlpito de la conferencia matutina. No hay nadie que le diga que permanezca sereno, o quizás no hay nadie a quien escuche y como su pecho no es bodega dice las cosas como vienen.
Y para muestra el botón de la conferencia de prensa en la que trató de desactivar una investigación del periódico New York Times, en la que daba cuenta de testimonios de testigos protegidos que mencionaban que habían dado dinero a la campaña presidencial de AMLO en 2018, y una más de las investigaciones y declaraciones, como la de Celso Ortega, líder de Los Ardillos que operan en Guerrero, que aseguró que aportó dinero a la campaña y operó para López Obrador en esa elección.
En la conferencia AMLO dio a conocer el teléfono de la reportera del New York Times, Natalie Kitroeff, y al día siguiente cuando lo cuestionó Jesica Zermeño, de Univisión, por sus razones, solo esgrimió que a él y a su familia lo difamaron y lo peor, afirmó que su autoridad moral y política está por encima de cualquier ley.
Bastante difícil es ser periodista en México, para que desde la Presidencia, el hombre más poderoso del país la señale para que sus huestes en las redes sociales la persigan, en ese linchamiento informático. Ah y aseguró que lo volvería a hacer, por si fuera poco.
Ya después se filtraron teléfonos de uno de los hijos de AMLO, de Sheinbaum, de periodistas afines a la 4T y hasta de Xóchitl Gálvez, que le dio la vuelta al tema con una conferencia.
Pero al final de cuentas en la red social de X, antes Twitter, la tendencia número 1 es #NarcoPresidenteAMLO10, lo que tanto molestó al inquilino del Palacio Nacional, justo lo que gritaron espontáneamente los que se manifestaron el 18 de febrero en el Zócalo capitalino.
El nivel de las declaraciones del Presidente va en ascenso, ¿qué tanto nos falta por ver?
