Aquel que se da un tiro en el pie se señala como un ser con la perturbadora capacidad de infligirse un mal a sí mismo, alguien que encuentra en el dolor algún placer oculto. El hecho también se refiere a un individuo con un grado importante de impericia, ese que tal vez no quiso volarse las falanges y el empeine, pero que no supo bien a bien hacia dónde apuntó el arma, cómo jaló el gatillo y de qué manera la bala terminó incrustándose en su propia extremidad. En cualquiera de los casos, aquel que se da un tiro en el pie, presenta a una persona que porta un arma de fuego. No es poca cosa. No cualquiera anda por la vida con un arma cargada al cinto. Se trata de un personaje que está dispuesto a acabar con otro, pero que sin darse cuenta, empieza por sí mismo.
Con un arma cargada, así llegó a la Mañanera del pasado miércoles la chica que presenta la sección del “Quién es quién en las mentiras”. Caminó hacia el pódium como caminan los pistoleros en las películas de vaqueros: despacio, casi segura y casi sonriente. Se plantó con los pies separados y después de un suspiro miró de reojo a su espalda y dijo: “Con su permiso, Señor Presidente” y desenfundó el arma.
Tartamudeante y sudorosa apuntó a los periodistas del otro lado de la cámara. Con un ojo en la mirilla y otro en el garabato escrito, dijo que presentaría el “análisis” correspondiente a la información en medios impresos, radio y televisión en torno al Presidente (¡ah!, se escuchó como el pueblo contuvo la respiración, y es que uno pensaría que el análisis correspondería al Gobierno y no solo al individuo, pero no): un total de 543 medios analizados durante el mes de julio, para evaluar cómo va la imagen del Presidente.
Fue justo en ese instante que se le fue un tiro. ¡Dios bendito, el Presidente está en la sala! ¿A dónde irá a parar esa bala? Y es que solo se presentaron notas positivas y negativas, pero no neutrales y, en periodismo, la mayoría son esas: las informativas, las que hacen la cobertura, la relatoría de los acontecimientos. Es decir, de los tres tipos de notas, solo se presentaron dos. El estudio estaba a medias. La bala se incrustó en la gráfica.
Entonces la chica presentó las tablas medio por medio y fue ahí cuando perdió el control del arma. Todas las gráficas estaban en rojo. Imposible pensar que la mayoría de los 543 medios nacionales mienten. Tremenda noticia: la inmensa mayoría de la prensa que analiza e investiga, está en rojo: cuestiona y critica la gestión del Presidente. Lo cual siembra la duda de “quién es quién en las mentiras” ¿el Gobierno o los periodistas? Cada miércoles el lector de un periódico crítico se da cuenta que la mayoría de los periódicos son tan críticos como él. Que el periodista que escucha en la radio o en la TV tiene cientos de ecos por todo el país. Gracias a Presidencia, quien duda de la gestión del Gobierno, descubre que no está solo. Y ahí es cuando la bala se le incrusta a la chica en el pie: tratando de hacer lucir al Presidente, exhibe los cientos de voces que no están de acuerdo ni con el rumbo del país ni con él.
A eso se dedica la prensa: a señalar y hacer pensar. Su labor es cuestionar. Para alabar están los servidores que se agachan y que ya agachados es muy difícil notar que cojean del mismo pie.
@olabuenaga
