Mientras los asesinatos, “levantones”, secuestros y mentiras manchan las elecciones del próximo domingo, en el Estado de México los cierres de campaña de los aspirantes a diputados y alcaldes se realizan en medio de fiestas, bailes y ocurrencias que coincidieron en la “cargada” llevada a las sedes de los actos, para concluir el proselitismo en busca el voto de los mexiquenses, donde no hubo la tan implorada “sana distancia”.
Al viejo estilo priista, todos los candidatos de todos los colores se dieron vuelo este fin de semana para llamar vehementemente a votar por sus fórmulas a los mexiquenses, quienes están horrorizados ante las bajezas que salieron a relucir durante la campaña y más confundidos que antes. Nunca es tarde, dice Alejandra del Moral Vela, cuando a últimas fechas se deja ver con los tricolores mexiquenses, a pesar de estar en las pluris en primer lugar y premiar con metálico al gráfico que le hace la vida de cuadritos a los morenos en las redes; por lo pronto, oculta la renuncia “presencial” de casi 500 ciudadanos a su militancia en el tricolor.
El leguaje florido de Gabriela Gamboa, así como las mentiras del cínico Mario Delgado Carrillo, entre otras “travesuras” de los guindas, hunden a Morena. Con la Zona del Valle de México en semáforo amarillo, los abanderados que ya cerraron campaña organizaron eventos masivos y números musicales que desafiaron la sana distancia y en algunos casos, el uso de cubrebocas.
Juan Zepeda, candidato de Movimiento Ciudadano (MC) por Nezahualcóyotl, concluyó campaña con un gran evento musical en Ciudad Deportiva, atrás de plaza Ciudad Jardín; miles de asistentes acudieron a bailar canciones la Sonora Dinamita, Cumbia Love y Tex-Tex, entre otros; aunque se pidió el uso de cubrebocas el evento se salió de control e incumplieron las medidas sanitarias.
Pese a la violencia registrada en este proceso electoral, ni las fiscalías estatales, ni la federal, ni la guardia nacional hacen presencia para resguardar o averiguar la apoteosis de atentados contra abanderados partidistas que buscaron el voto ciudadano; 89 muertos hasta hoy, casi 800 afectados en eventos violentos contra “políticos” sólo de septiembre 2020 a la fecha en todo el país y a nadie parece importarle. El escuadrón de la violencia superó cualquier campaña, obviamente con patrocinios.
El caótico clima social y político se extiende, mientras la FGR se dedica a detener a un jefe de la mafia rumana y las Fiscalías estatales disimulan la gravedad con pírricas victorias contra el hampa; la misma aplican los alcaldes para justificar sus omisiones. La época de “campañas electorales” finaliza y el pueblo bueno y sabio saca popular conclusión: se están matando entre ellos.
Ana Lilia García Castelán
