Política

La verdad del Cervantino hoy

¿Qué es para usted el Festival Internacional Cervantino? ¿Lo conoce? ¿Ha ido? ¿Qué le han dicho?

Para mí, esto es el Cervantino y juro que es verdad porque lo vi, lo fotografié. Fue espontáneo, de verdad. Nadie posó para la foto.

El Festival Internacional Cervantino es ver a una niña de cinco años, en la Alhóndiga de Granaditas, mirando extasiada el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández.

La pequeñita estuvo todo el tiempo de pie, apenas y parpadeaba. Se le veía la ilusión en sus ojos.

¿Sabe usted todo el bien que le hizo a esa chiquita contemplar aquello en aquel clima de absoluta seguridad, mexicanidad y respeto?

Yo no sé si esa nena de grande vaya a ser bailarina o coreógrafa, pero sé que algo bueno quedó en su alma y que ella, al igual que sus papás, llevará a sus hijas y a sus hijos a Guanajuato a gozar con el mejor festival artístico del mundo.

Ahí está la única y gran verdad del Festival Internacional Cervantino hoy: en la formación de nuevas audiencias, en la formación de más y mejores mexicanas y mexicanos.

Me siento profundamente orgulloso de la edición de este año de este magnífico evento porque se suma a la que tal vez sea la oferta cultural más grande de todo el planeta.

¿Cuántos países, como el nuestro, pueden presumir de venir de la FIL Oaxaca, de DocsMX, de la FIL del Zócalo de la Ciudad de México y de tener paralelamente el Festival Internacional de Cine de Morelia y el Festival Internacional Cervantino?

¿Se da cuenta de lo que le estoy diciendo? Las mexicanas y los mexicanos tendríamos que ser el público más realizado de los cinco continentes.

Aquí es donde uno entiende la grandeza de país que tenemos. ¿Y sabe qué?

Mientras que en eventos manchados por la polémica como la FIL de Monterrey donde la comunidad LGBT se vio sumergida en un imperdonable acto de cancelación, el Cervantino no sólo tuvo diversidad sexual, tuvo la más grande de las aperturas editoriales sin dejar de ser el nuevo gran evento familiar que es ahora.

Como usted sabe, los invitados de honor fueron Sonora y Estados Unidos.

Sonora tiró la casa por la ventana, tapizó la ciudad de carne asada, nos permitió conocer a sus pueblos originarios y no sólo ofreció lo que tradicionalmente se ofrece en esta clase de foros.

¡No! Llevó a lo más popular de lo más popular poniendo a las multitudes a cantar con talentos como el de Simpson Ahuevo.

No, pero espérese. Estados Unidos no se quedó atrás. En lugar de llevar a Guanajuato los lugares comunes de la alta cultura, llevó a la NFL, dio clínicas de box, proyectó cine de Disney y hasta montó una atracción de “Star Wars” sin olvidar las parte chicanas, de migración y de derechos humanos.

A esto súmele todo, absolutamente todo lo demás. Yo necesitaría un periódico completo para escribirle exposición por exposición, espectáculo por espectáculo, experiencia por experiencia.

No me quiero ni imaginar el esfuerzo monumental que representa organizar algo como esto que habla con absoluta admiración del pueblo de Guanajuato, del pueblo de México y, por supuesto, del equipo encargado de realizar esta fiesta de más de 17 días de duración.

Olvídese de la mala fama de antes, de aquello de “la cantina más grande del mundo”. El Cervantino ahora es otra cosa, se acabaron las cortesías y los eventos que no son gratuitos son increíblemente accesibles.

Hay de todo para todos. Desde ópera y títeres hasta conciertos monumentales de hip hop pasando por un teatro que pone a pensar a las multitudes, lo mejor de la danza, clínicas, conferencias y más, mucho más.

¿Pero sabe qué es lo más bonito? Los niños. Este año el Cervantino inventó un pasaporte que los pequeños van llenando conforme van yendo a los espectáculos.

Pero todo está hecho como si se tratara de un rally, con pistas y premios.

Por favor no se confunda. No vaya a pensar que ahora el Cervantino es como la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Sigue siendo lo que siempre ha sido, con el mismo altísimo nivel global, pero ahora lo es más porque suma a las audiencias que en otros tiempos tenían las puertas cerradas porque, supuestamente, no se sabían comportar a la altura de lo que esperaban ni los adultos ni “las buenas conciencias”.

Ahora sí ya tenemos un Cervantino para todas y para todos, incluyente, tan bueno que muchas instancias se niegan a hablar de él.

Hoy termina la edición 51 del Festival Internacional Cervantino en la bellísima ciudad de Guanajuato. Si puede, vaya o vea las transmisiones en los medios públicos locales, como TV4 del estado de Guanajuato, y en los nacionales, como Canal 22.

¡Felicidades a todas y a todos! De corazón.


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • [email protected]
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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