Contenidos. Ahora sí, después del Mundial, se vale regresar al resto de los contenidos.
¿Pero cómo si hay “14 mil” series, películas, animaciones y telenovelas que se estrenaron en las última semanas?
Muy fácil: aplicando criterios periodísticos. Que no sea “voy a escribir de lo que estoy viendo”. Que no sea “voy a escribir de lo que me gusta”.
Que sea: voy a escribir de lo que es nota. ¿Y qué es nota? Tal y como dicen los libros de periodismo: lo más cercano. O sea, lo mexicano.
De lo mexicano, ¿qué sigue? Volvemos a los libros: lo que tiene que ver con más personas, lo que tiene personajes más relevantes, lo que representa un conflicto, una oposición.
Entonces tenemos que irnos a Netflix. Dentro de esta plataforma, a las figuras mexicanas más populares. Dentro de las figuras mexicanas más populares, a las que están haciendo algo controvertido, a las que se está enfrentando al sistema.
En resumen, la nota es “La flor más bella” de Michelle Rodríguez. ¿Ya la vio?
“La flor más bella” es una serie que narra la adolescencia de esta gran estrella.
¿Qué tiene de relevante si, definitivamente, no estamos hablando de Vicente Fernández, de Juan Gabriel o de José José?
¡Eso! Que ésta es la vida de una mujer, de una mujer de un pueblo de la Ciudad de México, de una mujer morena, de una mujer chaparra, de una mujer gorda.
Éstas son las aventuras de una mujer que, dentro de los esquemas del patriarcado, tenía todo para perder, pero que acabó triunfando.
Michelle Rodríguez, hoy, es una de las figuras más exitosas, más amadas, más respetadas y más populares de todo el espectáculo nacional e internacional.
Mich conduce, actúa, canta y baila. Y nos puede hacer reír, y nos puede hacer llorar, y nos puede hacer pensar, y nos puede hacer temblar.
Y la podemos ver en cine, pero también en televisión, pero también en teatro, en musicales, en podcasts, en “reality shows”. ¡Es lo máximo!
¿Dónde está el conflicto? ¿Dónde está la oposición? En que evidentemente no fue fácil para ella llegar a donde ha llegado.
Su vida ha sido una lucha total, frontal y rudísimas contra el odio, la discriminación y los prejuicios.
¿Pero quiere que le diga qué es lo más maravilloso de este proyecto? Dos cosas: que es comedia y que no es un autohomenaje.
Michelle Rodríguez nos está contando su adolescencia, sus “osos”, sus batallas.
No, no se confunda. Esto no es una copia de “Yo soy Betty, la fea”. El concepto “La flor más bella” existe desde hace muchísimas décadas en el Valle de México. No juguemos sucio. ¡Basta de periodismo carroñero!
No le voy a vender trama para no arruinarle la existencia, pero si es fundamental que vea este título.
¿Por qué? Porque se va a divertir pero, sobre todo, porque “La flor más bella” es una serie que le hace bien al mundo, que le va a servir a muchas mujeres, a muchas adolescentes, a muchas niñas.
Cuando uno mira eso, se empodera, crece, aprende. Si yo hubiera visto esto cuando tenía 13 años, mi vida hubiera sido muy diferente.
Gracias, Michelle, por haber tenido la valentía para abrir tu corazón y contarnos esto. Y gracias, también, a toda la gente que está detrás de esta emisión en términos de producción.
Desde la coguionista hasta el último de los editores pasando por esos actorazos, los directores, la gente de arte, de locaciones. ¡Qué manera tan más bonita de mostrar una Ciudad de México real, pero diferente!
¡Qué gran homenaje a esta otra parte de la cultura popular chilanga! Desde las procesiones hasta los ajolotes. Esto no es la Condesa. ¡Vaya! ¡Por fin! ¡Gracias!
Luche con todas sus fuerzas por ver “La flor más bella” en Netflix. Le va a gustar. De veras que sí.
Álvaro Cueva