Hoy es viernes 15 de septiembre y el mercado está saturado de enormes celebraciones mexicanas.
Comenzando por el grito y el megaconcierto que se transmitirá inmediatamente por medios públicos como Capital 21 pasando por la tradicional “Fiesta mexicana” de Las Estrellas y cualquier cantidad de producciones especiales.
¿Le puedo hacer una humilde sugerencia? En estas Fiestas Patrias, además de ver todo lo que usted sabe que va a ver, ponga Prime Video y luche con uñas y dientes por mirar, en familia, de “A millones de kilómetros” (“A Million Miles Away”).
¿Qué es esto? La película biográfica de José Hernández quien, como usted sabe, es el primer astronauta migrante en la historia de la humanidad.
Los papás de don José, cuando él era muy chico, dejaron Michoacán y se fueron a trabajar el campo en Estados Unidos.
Y ahí estaba ese muchachito, pizcando fruta, cortando verduras, desde antes de que saliera el sol hasta que el cuerpo no le daba para más.
Pero no sólo hacía eso, cuando podía iba a la escuela. Para no hacerle el cuento largo, este muchacho de un origen tan humilde, que padeció cualquier cantidad de discriminaciones por el color de su piel, por las cosas que comía y por mil situaciones más, terminó conquistando el espacio exterior.
Es una de las historia de éxito más mexicanas, más inspiradoras y más bien hechas que he tenido el privilegio de ver en mi vida. ¡Y mire que visto cualquier cantidad de filmes en este sentido!
No se confunda. “A millones de kilómetros” no es la típica cinta motivacional plagada de lugares comunes, frases célebres y tonterías que terminan por contradecir cualquier mensaje positivo.
Es una película de verdad, como para pagar por ir a verla en el cine, como para mirarla y después ir a cenar con los amigos para comentarla.
Yo no sé qué es más hermoso, si el hecho de que la podemos disfrutar con nuestros hijos, nietos, padres y abuelos, o todo lo que hay detrás en términos creativos.
El guion de Betina Gilois, Hernán Jiménez y Alejandra Márquez Abella es apasionantemente entrañable. Funciona como película biográfica, como historia de amor y como seminario de desarrollo personal.
No le voy a contar detalles para no arruinarle la experiencia pero está estructurado de acuerdo a los consejos que el papá de don José le dio de niño y eso no es algo que se vea todos los días en esta industria.
Además de esto tenemos una dirección de Alejandra Márquez Abella plagada de aportaciones que rompen con lo que normalmente vemos en estos contenidos.
Hay secuencias que no le piden nada a los mejores videos musicales de 2023 ycomposiciones dignas del más exigente de los concursos.
Para que entienda el tamaño de obra de la que le estoy hablando, Alejandra fue la escritora, directora y productora de “El norte sobre el vacío”, el filme que acaba de ganar el Ariel en la categoría de Mejor Película. ¿Le sigo?
Yo ya quiero entrevistarla. Yo ya quiero abrazarla. ¡Esta señora es una reina del cine!
No, ya ni le cuento de la fotografía de Dariela Ludlow (“Ruido”), de la edición de Hervé Schneid (“Amelie”. Sí. Leyó bien) ni de algo que me volvió loco de placer: la música.
Tenía años de no escuchar una selección de canciones tan afortunada en un ejercicio cinematográfico que, en perfecta concordancia con las más importantes tendencias globales de hoy, es bicultural.
Escuchar rolas de figurones como Los Tigres del Norte y Juan Gabriel, al lado de lo más granado de Estados Unidos, más la música original de Camilo Lara, el genio del Instituto Mexicano del Sonido (“Black Panther: Wakanda Forever”), es algo que puede provocar orgasmos múltiples. Se lo juro.
Ya para qué le cuento de las actuaciones y de todo lo demás.
¡Gracias, don José Hernández por todo! ¡Por tanto! ¡Gracias Prime Video por invertir aquí!
Luche por ver ya, pero ya, “A millones de kilómetros” (“A Million Miles Away”) en Prime Video. Le va a gustar. De veras que sí.