Las mutaciones económicas y sociales, decía el gran John Kenneth Galbraith, no se producen bruscamente. “Si no existió un día concreto que pudiera fecharse como el primero de la época renacentista, tampoco existen indicadores radicales que permitan señalar cuándo ha comenzado con carácter general la época de desarrollo económico y de la prosperidad para todos, porque los fenómenos son parciales”, apunta a su vez el catedrático catalán Fabián Estapé.
Parece ser igual para las mutaciones de virus, aunque todo mundo recuerde el día en que una epidemia, o escalada en forma de pandemia, rompa la cotidianidad y embata por igual a sociedades pobres que a “opulentas”, para decirlo con Galbraith. Hoy en día, ante la incertidumbre por las múltiples dudas y escasas certezas ante un nuevo coronavirus, llama la atención una de las claves atípicas de este caso: abundan los contagios en personajes ya no digamos públicos, sino ricos y poderosos. En términos de salud, por supuesto, aunque los efectos tengan una ruta de espiral que va arrollando a su paso mercados y economías, con lo que su golpe se torna global y devastador.
Cuando el efecto tiene alcance económico está garantizado que el daño mayor será para la población. Que los magnates hayan perdido unos cuantos millones de dólares con la primera debacle, asociada también a la guerra por los precios petroleros esta semana, no deja de ser una anécdota que acabará con saldo positivo en el balance anual de ellos, pero puede ser letal para medianos y pequeños empresarios, no se diga emprendedores y la mano de obra en general.
Dicen los expertos que el mayor estropicio, no obstante la mortalidad en curso por el coronavirus, será en realidad económico, con depresión bursátil, devaluación, volatilidad, especulación e incertidumbre, el caldo de cultivo de las crisis y el freno asegurado al crecimiento.
Ayer, cuando Europa se debatía en el corazón de la fase de transmisión comunitaria del Covid-19 y la amenaza se cernía sobre América Latina y África para un plazo no mayor a 15 días, China anunció que ya pasó lo peor y entra a la etapa del recuento de daños y de protección de sus fronteras. Nuestro turno está en puerta y el mundo aún no sabe si está ya en la versión siglo XXI del crack del 29.
@acvilleda