Por un momento compremos el discurso del Consejo Coordinador Empresarial, del PAN y de sus ahora apéndices PRI y PRD. Atendamos narrativas y con ganas intentemos creer que tienen razón Xóchitl Gálvez, Movimiento Ciudadano, Gabriel Quadri o Ted Cruz, el gringo-cubano que de plano ve “un colapso de las instituciones mexicanas” bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Demos el beneficio de la duda a toda la oposición, con sus padrinos y sus portales, y digamos: de acuerdo, esto es un desastre, se requiere un cambio.
La alternancia comenzó en 1997 en la capital, con el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas, y en 2000 a escala federal con la victoria de Vicente Fox, el primero con su entonces Partido de la Revolución Democrática, el segundo como panista. Es decir, esa figura política vino desde los dos espectros naturales, la izquierda y la derecha. Más que la previsión, el deseo era que en ambos casos se originara una transición.
Nadie puede negar la transformación de la capital a partir del cambio que provocó la reforma política para dar paso a elecciones y desaparecer el DDF, que funcionaba como una secretaría del gabinete. Los avances en materia de derechos humanos, movilidad e inclusión, por ejemplo, son innegables.
En términos federales, empero, la alternancia no significó transición, al conservarse el aparato que arrastraba el régimen priista por décadas. Tan entendible como pueda ser, la prolongación de esa opción con Felipe Calderón poco aportó para una transformación como la que requería el vetusto sistema, sacudido acaso en el peor flanco posible: la guerra contra el narcotráfico.
La vuelta del PRI con Enrique Peña, decepcionante por su negación a renunciar a la corrupción, permitió así la entrada triunfal de AMLO a Palacio Nacional, con aprobación récord y todo a su favor. Sin embargo, no dudó en empezar a minar algunos apoyos y de arranque canceló el nuevo aeropuerto. Ataques y campañas aparte, el recorrido de ahí a la casa gris lo ha trazado, sobre todo, él mismo.
De vuelta al inicio, concediendo la razón a la oposición, ¿quién es su personaje y cuál su propuesta para recomponer la situación, como si antes hubiera sido ideal? ¿Xóchitl, Quadri, Marko, Zambrano, Samuel, Palazuelos…?
Alfredo C. Villeda
@acvilleda