Una constante que se convirtió en máxima después del desastroso intento de aprehensión contra Ovidio Guzmán ha sido la orden presidencial, mutada en estrategia sexenal, de evitar el combate con la delincuencia organizada resumida en la chabacanería de “abrazos y no balazos”. No hay cifras que valgan sobre la violencia, así sean las del propio gobierno, porque el mandatario tiene las suyas, y no hay matanza que lo perturbe. Cero enfrentamientos, porque en la 4T no son iguales a priistas y panistas: es la instrucción.
Con ese contexto, hay una pregunta que ronda sin remedio. Si la orden es no responder la violencia con violencia, si debe privilegiarse el respeto a los derechos humanos de los delincuentes, si hay que presentarlos ante sus padres para que los reprendan, si hay que abrazarlos antes que balacearlos, si hay que evitar la confrontación con el hampa, todo dicho así por el Presidente, ¿para qué carajos quiere al Ejército en las calles hasta 2028, como gendarme, si además ya está en curso el traslado oficial de la Guardia Nacional a Sedena?
Esta aparente contradicción se suma a la entrega de tareas de diversa índole a la Secretaría de la Defensa Nacional y algunas más, pocas, a la de Marina, proceder que ha empoderado como nunca a las fuerzas armadas, ahora reforzadas por la Guardia y por la protección pública del mandatario y del secretario de Gobernación al general Luis Cresencio Sandoval y al almirante Rafael Ojeda para que no se arriesguen a incurrir en algún despropósito, blindándolos hasta frente a la prensa.
Encaramado en el discurso optimista sobre la seguridad (“tengan para que aprendan”, “hay una mejor percepción de seguridad”, “los delitos de alto impacto van a la baja”), Adán Augusto López ha pisado en falso al reprochar a gobernadores ajenos a la 4T el hecho inobjetable de que “campea la delincuencia organizada”. El secretario olvidó que la lucha contra el crimen a ese nivel es responsabilidad de la Federación a la que él representa.
Queda hasta ahora sin respuesta, pues, la pregunta de para qué diablos quiere a los militares en la calle hasta 2028 si la violencia en sus números baja y no hay que confrontar al crimen. Entonces, ¿para qué?
Alfredo Campos Villeda@acvilleda