Este año sin ser electoral, las y los actores políticos tienen la mira puesta en la meta inmediata: la renovación de ayuntamientos que se realizará el próximo 7 de junio del 2020, una elección que será una batalla electoral, como nunca se había tenido en Hidalgo.
Por lo que será un año políticamente muy intenso, que puede derivar en fracturas, divisiones entre los diferentes partidos, quienes buscaran posiciones de poder y ante la opinión pública.
Durante el presente año veremos actores desconocidos, que buscarán llamar la atención, para que puedan ser tomados en cuenta, otros traicionaran principios e inventarán causas.
Este año, surgirán nuevos grupos que dirán que tienen años de trabajo ficticio, sin trayectoria, sin perfil ni experiencia, pero que buscaran ser parte de la renovación de los 84 ayuntamientos en Hidalgo.
Como alguna vez mencione, ganar una Presidencia implica tener el mayor número de municipios, ya que es el nivel de gobierno que permite un contacto territorial y directo, con recursos humanos, financieros y humanos al alcance, y con un buen trabajo, permite ganar mayores simpatías.
Y lo mismo aplica para ganar una gubernatura, que en el caso de Hidalgo, más allá de las habilidades del Ejecutivo, este ya no controla el poder legislativo, y podría perder el control de la mayoría de las presidencias municipales. El gobernador podrá impulsar un candidato sucesor, teniendo el control de su partido, lo difícil será que este gane.
Hay que considerar como un variable externa, que tampoco contará con el apoyo del gobierno federal, ni con el manejo de sus programas. Tampoco les funcionará destinar grandes recursos para mejorar la imagen del gobernador, porque esta no arrastraría a las candidaturas de su partido, como ya ocurrió en la elección del 2016 y la del 2018.
Twitter: @alfreduam