Es un día de consternación e indignación por los hechos ocurridos el día de ayer en Metepec, sí, otra vez Hidalgo es noticia nacional por un linchamiento.
De acuerdo a lo que se ha publicado, durante la mañana de este jueves 27 de septiembre, entre la población del municipio corrió el rumor (noticias falsas), que personas estaban tomando fotos a menores de edad, y que por ende eran “robachicos”.
La policía municipal trasladó a la barandilla a cuatro personas, quienes se identificaron como trabajadores de la Procuraduría de Justicia del Estado, para investigar el caso, sin embargo, a los pocos minutos, una horda de más de 100 pobladores de manera violenta, los sacaron y lo agredieron en la plaza pública, y sin ningún tipo de indicio, de que las personas hayan cometido algún ilícito, los golpearon y a una le prendieron fuego, quien era agente del Ministerio Público del distrito judicial de Tulancingo, y quien lamentablemente murió.
Entiendo el enojo social y la desconfianza hacia las instituciones del estado, ante la falta de vínculos permanentes gobierno-sociedad, en medio de una sociedad desintegrada, y mal informada.
Hace unas semanas, en Santa Ana Ahuehuepan en Tula, una pareja fue golpeada y posteriormente también les prendieron fuego, a quienes la horda los acuso falsamente de pretender robar un niño, también producto de una noticia falsa, que se distribuyó por whatsapp.
Cabe mencionar, que eran inocentes y dejaron a tres niños en la orfandad.
Debemos estar en contra del abuso de autoridad y violencia desmedida, sea de las autoridades, como de la sociedad.
No podemos ser nosotros jueces y parte, porque seguramente también podemos equivocarnos y ser terriblemente injustos o excesivos.
Debemos poner un alto a la violencia social e institucional, y con la misma fuerza y coraje, debemos alzar la voz ante toda injusticia, y jamás ceder el paso a los indignos.
No podemos exigir justicia, utilizando la violencia extrema, porque pasamos de víctimas a victimarios asesinos.
Debemos actuar bajo el irrestricto respeto a los derechos humanos y, sobre todo, el respeto a la vida, integridad y dignidad de las personas.
En este momento está en manos de la clase política poner un alto a los linchamientos.
Hoy la ciudadanía no confía, o se niega a creer en la buena funcionalidad, legalidad, transparencia, imparcialidad y objetividad de la procuración de justicia e impartición de justicia.
Por ello, se debe revertir la percepción de inseguridad y desconfianza institucional. Con transparencia, legalidad, legitimidad y sobre todo combatiendo la corrupción, que da pie a la impunidad, el verdadero cáncer social, que degrada la confianza institucional.
TODO INICIO CON UN RUMOR
Que importante es que los medios de comunicación en Hidalgo tengan una distancia sana con el poder, de lo contrario, como ha ocurrido, ya no están influyendo en el colectivo social, por el contrario, buscan fuentes de información que pueden ser falsas y calumniosas, como aquellas que circulan en las redes sociales (principalmente Facebook y whatsapp).
No será una tarea fácil, pero es momento de impulsar una ley de medios en Hidalgo, que regula la compra de publicidad oficial, y fortalecer la libertad de expresión de los medios impresos, digitales y alternativos.
Se debe aprobar una ley que regule la publicidad oficial en el estado, para evitar cualquier forma de control sobre las líneas editoriales de los medios de comunicación y por lo tanto de la opinión pública.
Se debe gobernar a través de verdaderas políticas públicas, no a través de spot y anuncios oficiales.
De acuerdo a un estudio del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República en los últimos 26 años, en México se han registrado por lo menos 366 linchamientos en diferentes estados.
En Hidalgo en lo que va de 2018, han ocurrido alrededor de nueve intentos de linchamientos. Debo insistir que cada linchamiento aleja a la población de sus gobernantes y nos degrada como sociedad.
Caso Javier Duarte
Detrás de un linchamiento, hay malestar por falta de justicia, por ello, casos como el de Javier Duarte solo alteran a la población, y generan desconfianza ciudadana.
Si no logramos construir instituciones fuertes (libres de corrupción), de arriba, hacia abajo, si las instituciones no castigan seriamente a las personas que cometen delitos (muy graves como los de Duarte), no podremos recobrar la paz y recomponer el tejido social.
Hoy dos graves noticias, por un lado, un tipo como Javier Duarte se ríe de las instituciones y es abrazado por la impunidad, debilitando al Estado y la credibilidad hacia las instituciones; y por otro lado, la desconfianza social hacia las instituciones, ayer cobro la vida de un agente del ministerio público de la Procuraduría de Justicia del Estado de Hidalgo.
No necesito conocer a la víctima, al agente del ministerio público, para saber que lo ocurrido es un atentado a las instituciones, al Estado mismo. No podemos generalizar, y degradar a las y los servidores público, por culpa de quienes actúan de mala fe. Mi reconocimiento a quienes trabajan con ahínco, y amor a su profesión, aunque eso implique, dar hasta la vida.
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FB: Alfredo Alcala Montaño
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