En una semana se ha notado la mano del presidente Andrés Manuel López Obrador, con una dinámica distinta distanciándose del viejo estilo de la clase política, actuando sin grandes protocolos, escoltas o camionetas blindadas ostentosas, como muchos gobernantes pasados y presentes, quienes viajan a diversos eventos públicos en helicópteros y, aun así llegando tarde. Símbolos de lejanía y ruptura entre gobernantes y gobernados. Gobernar implica, tener un contacto con la ciudadanía, la cual no solo se da con saludar o tomarse una selfie y publicarla, la cercanía gobierno sociedad, se construye al sentir, vivir y padecer las carencias y necesidades de la población, lejos de oficinas, templetes o helicópteros. Ser un líder carismático, no es querer contar chistes, ni degradar a los adversarios políticos, con ofensas. Un verdadero líder carismático, es quien logra generar empatía con la ciudadanía. Porque ser honesto y coherente, es una cualidad, no una banalidad. No menor ha sido el viajar en avión comercial y mostrarse como un gobernante cercano a la gente, sin lujos, sin la suntuosidad, ni los excesos de ´poder, tomarlo como referencia lo realizado por el expresidente de Uruguay José Mujica. Un reto que tiene AMLO, y por el cual sus acciones están cargadas de simbolismos, es no dilapidar la gran dosis de legitimidad que tiene, mantenerla y llegar a la mitad de su mandato fortalecido. Contrario a lo que ha ocurrido en los últimos tres sexenios, donde Fox, Calderón y Peña, llegaron disminuidos, resultado del desgaste de gobernar. Con este estilo de gobernar, AMLO le deja poco margen de acción y de maniobra a la oposición, quienes aún no logran definir cuál será su tema unificador, sobre todo, quien será la fuerza política que logre encabezar y enunciar, las voces disidentes, lo cierto es que en este momento no hay claridad.
AMLO, el nuevo estilo de gobernar
- Voz Ciudadana
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Alfredo Alcalá Montaño
Ciudad de México /