Política

Necesidades formativas de los docentes

  • Apuntes pedagógicos
  • Necesidades formativas de los docentes
  • Alfonso Torres Hernández

La formación continua de las maestras y maestros para enfrentar el giro paradigmático que les plantea el nuevo modelo curricular requiere de nuevas formas de pensar la política y las estrategias que le acompañan. La complejidad de transitar de un enfoque curricular a otro implica una comprensión integral de sus elementos para posteriormente concretarlo en la práctica, con las propuestas metodológico-didácticas pertinentes. Un punto esencial para articular la propuesta de política curricular con la práctica docente es recuperar las necesidades formativas de las maestras y maestros para el diseño e implementación de propuestas de formación que respondan a ello. ¿Dónde situar el sentido de las propuestas de formación? ¿En el fundamento filosófico y curricular? ¿En el marco normativo? ¿En el fundamento teórico de la enseñanza? ¿En lo metodológico-didáctico? ¿En todo a la vez? La respuesta a estas interrogantes nos lleva a re-pensar la formación docente como un espacio permanente de interacción, de dialogo y de aprendizaje y no sólo como la transmisión del conocimiento del “experto” al “novato”.

Las instancias de formación en las entidades deben ser más incisivas en el acompañamiento formativo con los docentes. Tener la visibilidad de un horizonte amplio de posibilidades para atender las necesidades formativas, en su diversidad y complejidad. Independientemente de cuestiones de orden genérico necesarias para todo el magisterio, lo cierto es que la particularidad de contextos y condiciones institucionales demanda espacios formativos diferentes. Los docentes multigrado presentan necesidades diferentes a los docentes de telesecundaria; los de primaria a las educadoras de preescolar; los docentes de escuelas urbanas a los docentes de escuelas rurales; los docentes de reciente ingreso a los de mayor antigüedad; los docentes de grupo a los directores, supervisores y apoyos técnicos. El sentido de la formación apuntaría entonces a la atención de la particularidad.

¿Cómo atender esta diversidad de necesidades formativas? En primer lugar, implica que las instancias de formación continua se den a la tarea de diagnosticarlas de manera puntual para hacer un análisis e identificación-clasificación de ellas. En segundo lugar, darse a la tarea del diseño y elaboración de propuestas formativas pertinentes: cursos, talleres, diplomados, conferencias, asesorías, encuentros, seminarios, entre muchas otras. En tercer lugar, estructurar un programa de formación que sea armónico con el calendario escolar y con los tiempos y condiciones de las maestras y maestros. Es decir, las instancias de formación continua en las entidades tienen que colocarse en zonas de posibilidad más creativas y propositivas para distanciarse de constituirse únicamente en ejecutoras de la instancia central. Seguir este sentido tradicional de política es condenar a la formación continua al desapego con los docentes y su práctica.

En la eventualidad de la construcción del Plan Nacional de Desarrollo y los Programas Sectoriales, particularmente el de Educación, el diseño de políticas tendrá que pensarse diferente, de tal manera que responda a los sentidos de transformación educativa y social que se pretende. Se requiere colocar a la formación continua como una cuestión de la agenda de política educativa para que no sea un elemento aislado y complementario solamente. Si reconocemos que la reforma educativa es un proyecto político-pedagógico, la apropiación de los sentidos y significados por parte las maestras y maestros se empieza a resolver con programas formativos pertinentes y contextualizados. Corresponde a las instancias formativas contribuir con análisis serios de la situación.

Al igual que las maestras y maestros en escuela, los encargados de la formación continua, es decir, los formadores, requieren de espacios formativos permanentes para la adquisición de elementos de orden filosófico, político, curricular, teórico y metodológico para hacer frente a su tarea. Un formador, un asesor, un apoyo técnico, difícilmente podrá desarrollar con éxito su labor si muestra debilidades en la comprensión de su función y objeto.

Por último, recuperando las políticas de antaño, algunas de ellas situadas únicamente en el discurso, es pertinente pensar nuevamente en la articulación de las diversas instancias formadoras de docentes para la constitución de un sistema formativo que apoye puntualmente las necesidades teórico-prácticas de los docentes. Corresponde a las autoridades estatales proponer y desarrollar esta línea de política.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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