Recupero la noción de sujeto colectivo, la cual considero como una categoría de análisis relevante para entender que las organizaciones sociales hoy en día necesitan un replanteamiento de sus intenciones respecto al contexto de acción al que pertenecen.
El sujeto colectivo, es visto por Sigfredo Chiroque (2005), como la conjugación de objetivos, sentimientos, formas de actuar o códigos de los sujetos individuales. En el proceso de interacción, los sujetos individuales encuentran diferencias y semejanzas.
Estas últimas a veces predominan y, entonces, se sientan las bases para la formación del grupo y de éste en sujeto colectivo. Desde esta concepción, en concordancia con la política educativa que se ha desarrollado en los últimos años, se alude a un tipo de organización social, en este caso de los docentes, que hace frente a políticas que hacen daño a su materia de trabajo: la educación.
El sentido alternativo que pueda darse a las estrategias y programas de política educativa, entendido como una cuestión diferente a la predeterminada por los órganos en el poder, emerge como una construcción colectiva para dar respuesta a las demandas.
En el contexto de pandemia, los docentes se vieron atiborrados de nuevas exigencias educativas, pedagógicas e institucionales, que los llevaron a percibirse en un nuevo perfil para hacer frente a nuevos escenarios. Una posibilidad entonces es la constitución de un sujeto colectivo que haga frente a estos desafíos y condiciones que les representa el regreso presencial a las escuelas. Un sujeto colectivo en materia educativa, pedagógica, didáctica, laboral, institucional y social.
Alfonso Torres Hernández
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