Política

Trasplante de cerebro

  • En Corto
  • Trasplante de cerebro
  • Alejandro Maldonado

Luego de 18 horas, el prestigioso neurocirujano Robert J. White logró trasplantar la cabeza de un mono al cuerpo de otro. La operación se llevó a cabo en un hospital de Cleveland Ohio en los Estados Unidos. Ocurrió en 1970. Cuando el primate salió de la anestesia, podía ver, oír, oler e incluso morder.

El entusiasmo fue mayor, imaginando que algo similar eventualmente resultara factible con seres humanos. Lo cierto es que el mono quedó paralizado del cuello hacia abajo y murió en pocos días. El Dr. White continuó con los experimentos, pero inevitablemente los monos quedaban tetrapléjicos y pronto fallecían.

Con todo y los avances tecnológicos y científicos, hasta la fecha nadie ha podido jamás conectar una cabeza con la médula espinal del cuerpo receptor. Algunos dicen que el cerebro es “la pieza más compleja del universo” ya que contiene literalmente millones de conexiones que controlan todas las funciones de nuestro organismo. Cortar y reinstalar toda esa vasta e intrincada red de circuitos está fuera del alcance humano.

Pero no solo es la parte motriz. También está la parte intangible; la consciencia de nuestro ser interno que nos permite tomar libremente un sinfín de decisiones; amar u odiar, por ejemplo. Ese ser dentro de nosotros piensa, hace y dice tanto lo bueno como lo malo, en todo el espectro imaginable y aun inconcebible de cosas.

Culpa, vergüenza, ira, amargura, resentimiento, sed de venganza, frustración, desesperanza, celos, malicia, y perversidad, constituyen solo un pequeño listado de lo intangible que alberga nuestro interior. Buscamos un trasplante a través de alcohol, drogas, sexo, relaciones, fama, poder, conocimiento intelectual, ritos, dinero, entretenimiento… pero nada funciona.

“Les daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de ustedes; y quitaré de su carne el corazón de piedra, y les daré un corazón de carne”, promete Dios en Ezequiel 36.26.

Si ya no puedes contigo, acude a Dios a través de Jesús. Él es el camino y la verdad y la vida. Dios es el único que puede cambiar y sanar tu interior. La cirugía comenzó en la cruz donde Jesús pagó por todos nuestros pecados; y, se consumó con su resurrección.

Cree en Jesús; pídele que te perdone y venga a morar a tu corazón. Pondrá su espíritu en ti y te dará vida.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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