Pero necesaria. Eso fue lo que dijo a través de la red social de Twitter, Suumit Shah, director ejecutivo de una empresa de la India, al dar a conocer el despido de 90% de sus empleados, quienes serán sustituidos por un Chatbot de Inteligencia Artificial.
Según Suumit Shah la atención al cliente había sido durante mucho tiempo un dolor de cabeza y ahora el bot lo ha resuelto, respondiendo todo tipo de preguntas con rapidez y precisión.
La IA muy probablemente seguirá siendo incorporada en una serie de actividades para mejorar la productividad, reducir los costos y aumentar la rentabilidad. Según estimaciones de Goldman Sachs, en un mediano plazo la IA podría acabar con 300 millones de posiciones laborales de tiempo completo a nivel global.
Estoy casi seguro de que conoces esta sensación, y no como resultado de la IA. Quizá experimentaste el rechazo recién llegaste al mundo, o aun antes. Quizá tus papás no pudieron pagar por tu educación y tus sueños se truncaron. Quizá no entraste al equipo deportivo porque no cumplías con los estándares. Quizá no conseguiste “ese” trabajo porque no contabas con “aquella” recomendación. Quizá fuiste inesperada y dolorosamente sustituido en esa relación que tú anhelabas durara para siempre. Quizá has experimentado en distintos círculos el rechazo por tu color de piel, tu apariencia física o por tu nivel socioeconómico o educativo. El mensaje al final es: no sirves, eres obsoleto, insuficiente, incapaz, sin valía o indigno.
¿Sabes? Tu verdadero valor e identidad está en Aquél que te formó en el vientre de tu madre y te dio la vida. “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús”, nos asegura el apóstol Pablo en Efesios 2.10.
“Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá”, Salmo 27.10. No estás aquí por error ni por casualidad. Dios te creó; a sus ojos eres perfecto, y te ama como nadie más puede hacerlo. Tan es así que dio la vida de su único hijo, Jesucristo, para que experimentes perdón, salvación y vida.
“Jesús es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”, 1ª. Juan 2.2. Ven a Él tal como estás. Acepta lo que Jesús hizo por ti en la cruz. Pídele que te perdone; que venga a morar a tu corazón y transforme tu vida.