Política

Crisis migratoria

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  • Alejandro Maldonado

Acá en los Estados Unidos es noticia constante. La crisis es mayúscula. Recientemente Costa Rica declaró emergencia nacional después de registrar 60 mil llegadas de migrantes a su territorio en lo que va del mes de septiembre. También 400 mil migrantes han cruzado la peligrosa “Selva de Darién” este año, -ubicada entre Colombia y Panamá-, y todos quieren lo mismo: Llegar a suelo estadounidense.

En la frontera sur de México el problema está desbordado, la suspensión provisional de los trayectos del ferrocarril conocido como “La bestia” hace unos días, dieron prueba de la magnitud del problema. La situación en la frontera con la Unión Americana no podría ser peor. Según las autoridades de este país, en este año se han registrado más 2 millones 330 mil cruces ilegales, rompiendo el récord del año anterior.

Otros reportes indican que adicionalmente 150 mil menores han llegado solos este 2023 a la frontera. Ciudades a lo largo y ancho de Estados Unidos tales como New York, Eagle Pass, El Paso, San Diego, y Massachusetts entre otras, se han declarado en emergencia ante la crisis migratoria. Los recursos se han vuelto insuficientes. Algunos cálculos indican que tan solo en la “Gran Manzana”, durante los próximos tres años se requerirán mil millones de dólares para atender a los migrantes que allí han llegado.

Es triste ver a cientos de miles de personas huyendo de sus países y asumiendo toda clase de peligros en busca de una mejor vida. Pero aún más triste es que muchos de ellos, al internarse sin documentos a los Estados Unidos son de inmediato deportados. Duele ver que, pese a su trabajo, dedicación y esfuerzo, multitudes no pueden acceder a una vida digna en esta tierra. Pero no estaremos aquí para siempre. Dios nos ha preparado un lugar perfecto y de belleza inimaginable por toda la eternidad. Allí no hay dolor, enfermedad, tristeza, pobreza, corrupción, criminalidad o muerte; y lo mejor: Dios nos quiere a todos en su Cielo; nadie está excluido y cualquiera puede obtener la “ciudadanía celestial” de manera gratuita.

A eso vino justamente Jesús. Él ya pagó el precio de nuestra entrada al Cielo en la cruz. Su sangre derramada quita todo pecado. Solo cree y pídele que te perdone, salve y venga a morar a tu corazón. Él no te rechazará.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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