La ley contra regalar bolsas en los supermercados arrancó en la Ciudad de México y en Monterrey muchas cadenas ya lo aplican, aunque la ley tiene como fecha límite el 11 de mayo de 2020.
El uso de plásticos desechables o de un solo uso en nuestra vida diaria han ocasionado una crisis de contaminación, de manera que suspender las bolsas de plástico de regalo en los supermercados es nada más una de muchas medidas que se deben hacer desde el gobierno, pero aún faltan las acciones que tiene que emprender la industria y, por supuesto, los ciudadanos.
La prohibición incluye sanciones de hasta tres millones de pesos o la clausura de los comercios, plantea también prohibir la venta en anaqueles de las bolsas para basura que contengan menos del 50 por ciento de material reciclado.
Y en opinión de algunos activistas ambientales, aunque no se incluyó en la ley de manera específica el uso de bolsas “biodegradables” o “compostables”, es un error utilizarlas porque su fabricación es muy dañina y de cualquier forma no son buenas para el ambiente.
Sin duda alguna la industria del plástico recibió un golpe a su producción con la nueva ley en Ciudad de México y Monterrey, porque además será sin duda una tendencia nacional.
Pude platicar con el presidente de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico AC (Anipac), Aldimir Torres, y opina que el problema que la autoridad debió atacar no es la producción del plástico a manera de prohibición, para él se debió comenzar con una regulación de las bolsas de plástico para hacer economía circular.
“Hablar mal del plástico se ha vuelto algo políticamente correcto”, asegura, “pero nadie se detiene a analizar los diferentes tipos de plástico y los productos detalladamente para hacer una regulación”, agrega.
“La afectación nacional de la prohibición de las bolsas plásticas de dádiva representa 30 mil millones de dólares al año en movimiento económico y por esta razón por primera vez la industria del plástico tendrá un crecimiento negativo en el 2019”, explica.
En opinión de Aldimir Torres, la solución al problema ambiental no está en quitar el plástico y permitir otros materiales.
“No es posible cubrir la demanda actual con biodegradables y no son la solución”, señala, “la respuesta está en compartir la responsabilidad entre sociedad, autoridad y fabricante”, concreta.
Según el presidente de la Anipac, la autoridad debería estar preocupada por el impacto ambiental ocasionado por las microfibras de plástico que llegan a los océanos y que provienen de los residuos de las telas en el proceso de lavado.
En verdad la industria del plástico resultará muy afectada con esta medida, pero debemos entender que el plástico de un solo uso (o de dos usos) es un derroche que afecta el ambiente y los procesos de confinamiento de la basura.
Es claro que hay muchas dudas en las casa sobre cómo depositar la basura y cuáles bolsas serán las mejores para reunir nuestros desechos, pero poco a poco se puede hacer una buena práctica y, lo mejor, una sana costumbre.
El cambio de cultura es lo mejor que puede suceder, es lo que se espera que detone esta prohibición, es un cambio para la sociedad, sí, pero también para las industrias, porque la idea es promover economías circulares donde las cosas se reduzcan, reutilicen y se reciclen, tanto que poco a poco se alcance la meta de basura cero.
Todo está listo para que los ciudadanos pongamos de nuestra parte y sumemos acciones, adiós a las bolsas y popotes, pero también debemos agregar más productos, menos botellas de agua en PET (usar termo), menos empaques y hielo seco (unicel), poco a poco, ya es tiempo de cambiar nuestra cultura de desperdicios… o usted, ¿qué opina?