Cultura

Un chocolate derretido (XVII)

  • Pa'no molestar
  • Un chocolate derretido (XVII)
  • Alejandro Evaristo

Luis y sus 8 años están entre los brazos del hombre y le cuesta respirar. No recibió el golpe directamente, pero la espalda del sujeto no corrió la misma suerte y en el afán de protegerle del impacto contra la velocidad del contundente y mortal vehículo le apretó contra su pecho.

No tuvo la misma suerte del pequeño.

Intenta zafarse, pero la tragedia apenas empieza. Su mente infantil no alcanza a dimensionar lo sucedido, en este momento solo le preocupa deshacerse del abrazo protector para regresar con los adultos y su hermano, pero el estruendoso chirrido del metal contra el pavimento le devuelven a la dolorosa realidad y esta se manifiesta en miles de chispas que alcanzan a quemar algunas partes del rostro.

Una esquirla se clava bajo la ceja izquierda y la sangre brota y los gritos siguen y el camión se detiene por fin con media cabina sumergida en el agua turbia de una ciudad pequeña y moribunda de tanta contaminación.

De entre los fierros, el humo y las nacientes llamas, el conductor surge con un brazo colgando inerte y huesos expuestos. La mitad de su rostro está ensangrentado y el resto apenas visible refleja terror y miedo.

Grita dolores que carcomen la carne desprendida, luego aúlla por ayuda y al final recuerda y como puede avanza hacia la gente que se acerca y les grita para que se alejen porque ahí hay un peligro real.

El grupo de hombres llega hasta donde está el cuerpo de aquel cuyo sacrificio mantuvo a Luis con vida pero nada pueden hacer y nada tienen tiempo de intentar porque al verle van por el chofer cuyo cuerpo cae por fin desvanecido y sin vida por el calor, los vapores, las heridas.

Vuelven hacia el pequeño e intentan arrancarlo del lugar pero la nube caliente de aromas a muerte abraza a esos cinco seres humanos y la vida se les escapa entre breves accesos de tos y lágrimas… el chocolate en la bolsa del pequeño se ha derretido…

***

Mientras dos de los guardias vomitan en los sanitarios, los seis restantes tratan de explicar a sus superiores y a los supervisores lo que vieron a través de los cristales del laboratorio habilitado como morgue del que acaban de volver sin haber hecho uso de las armas por alguna inexplicable pero seguramente prudente razón.

Dos de ellos lograron bloquear la puerta de salida atravesando un tubo entre los huecos del marco para impedir su apertura hacia el exterior, pero solo uno puede hablar sobre ello porque el otro está en el baño desechando toda clase de líquidos y sólidos por la boca y doblándose de dolor presionando el tórax con toda fuerza para tratar de controlar las arcadas y los sonidos y también el dolor.

Para su infortunio, ni sus compañeros ni las otras personas allá afuera pueden ver cómo empieza a sangrar por la nariz y los lagrimales.

En el exterior, bajo la protección de la noche y apenas iluminados por las lámparas exteriores del plantel, el grupo escucha sorprendido al guardia.

- Roberto fue el primero en llegar a la puerta y entreabrió para darse una idea de qué enfrentaríamos, de repente se echó para atrás y estaba asustado y temblando y se sacudía el rostro porque tenía un como polvo rosa. Entonces me acerqué y al ver lo que le pasaba solo busqué con qué trancar esa puerta y afortunadamente estaba uno de los tubos del baño y lo atravesé entre los huecos de los castillos de la puerta para que no se pueda abrir hacia afuera. Realmente no vi nada ahí, pero cuando me asomé por una de las ventanas laterales me llevé la sorpresa de mi vida porque aunque no lo crean, todos esos que hace rato estaban muertos, andan caminando por ahí tratando se salir, aunque como zombis, se mueven con torpeza y chocan contra otras cosas, como si no pudieran ver. Y por si eso no fuera suficiente, ni siquiera pude verlos bien porque están como en medio de una nube de polvo o niebla o no sé qué sea eso. Quería dispararles, pero Roberto me jaló y nos dijo a señas que volviéramos…

Si Roberto estuviese ahí confirmaría lo dicho por su compañero, sin duda, pero el problema es que está tirado junto a los urinales tratando de respirar y a punto de ahogarse entre sangre y vómito…

En el baño de mujeres la escena es distinta, ella se ha desmayado...


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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