El canciller designado, Juan Ramón de la Fuente, tiene muy claro el reto que le significará a México un nuevo periodo de Donald Trump como presidente de EU.
En su libro La sociedad dolida. El malestar ciudadano (2018), De la Fuente califica a Trump como “una auténtica máquina de producir mentiras”, con “atributos como el desprecio a la dignidad de las mujeres y la evasión de impuestos”. Alguien “primario y burdo”. “Un narcisista (…) egocéntrico” que “tiene un trastorno de la personalidad” y se “sobrestima en todo lo que dice”. Alguien que, según la opinión de un grupo de psiquiatras y psicólogos reconocidos, “no está capacitado para el puesto”.
Para el próximo canciller mexicano, el primer gobierno de Trump no estaba generando un avance para EU y mucho menos para México. Sus actitudes hostiles no solo significaban temores, sino que se transformaron en acciones que provocaron la cancelación de inversiones.
Como médico psiquiatra, De la Fuente explica que, una vez alcanzado el poder, el narcisismo de Trump lo convertía “en un autócrata, casi por definición”, y señalaba que “a los autócratas hay que creerles, aunque no nos guste escuchar lo que dicen”.
Intuía que empezaría a construirse el muro fronterizo, comenzarían las deportaciones masivas y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Ahora como canciller, De la Fuente tendrá que participar en la revisión que en 2026 se hará al nuevo tratado comercial. Misma que se anticipa que no será fácil ni con la administración Biden, mucho menos con la de Trump.
Además de los retos en materia comercial y migratoria, De la Fuente tiene claro el reto que significará el de la seguridad ante la epidemia de opioides en Estados Unidos.
Su planteamiento es “dejar atrás estas guerras tan absurdas y poner el énfasis en la salud, en la ciencia y en la eficiencia de las políticas públicas”. Trump ha propuesto enviar tropas a la frontera y bombardear a los cárteles mexicanos. ¿Qué le sugerirá De la Fuente a la presidenta Sheinbaum si lo llega a tener que encarar?
Más del gabinete:
Mientras unos se preparan para sus nuevos encargos, otros no han decidido dónde quieren estar. Es el caso de Omar García Harfuch, cuyo nombramiento frente a la Secretaría de Seguridad parecería obvio, pero es un puesto sin margen de operación. Con las labores de seguridad encomendadas a las fuerzas armadas y la insistencia de adherir a la Guardia Nacional a Sedena, él no tendría ninguna corporación a su cargo.