Entre los análisis de la votación a favor de Morena y lo que llevó a Claudia Sheinbaum a obtener más de 35 millones de votos, 5 millones más que AMLO en 2018, hay un trabajo territorial del que pocos hablan y que hasta la candidata ganadora ha reconocido.
Se trata de los coordinadores territoriales o brigadistas de Morena que tuvieron que convencer a otros para votar por Sheinbaum. Brigadistas que incluso trabajan en el gobierno federal, en los estados o en el de Ciudad de México.
Algunos de ellos, consultados para esta columna, contaron que durante la precampaña y campaña acudieron a reuniones donde se les dieron instrucciones de operación. Una de las últimas fue en la que les entregaron formatos para llenar con nombres, apellidos y teléfonos de 10 personas cercanas para llamar y llevar a votar por Morena el 2 de junio.
El día de la elección les asignaron zonas para “movilizar” a la población. “Al menos 50 personas” para concretar el “voto masivo”. Aseguraron que no tuvieron que pagar nada, “simplemente labor de convencimiento e insistir en ir a votar”.
Antes de las elecciones, los brigadistas recordaron casa por casa los beneficios de la 4T e insistieron en que votar por la oposición era sinónimo de cancelar todo eso. A ellos les ofrecieron “un apoyo” y trabajo garantizado en los gobiernos entrantes.
¿Cuántos votos aportó esta estrategia? Los suficientes para que la próxima presidenta haya felicitado a los brigadistas el sábado en la Arena México, al celebrar la constancia de mayoría de Clara Brugada: “quiero felicitarlos a todos ustedes, coordinadores territoriales, brigadistas, estructura de defensa del voto, realmente el trabajo que hicieron es espectacular”.
No hay sorpresa. Muchos le llaman trabajo de estructura y también lo hacen gobiernos encabezados por otros partidos.
En 2019 el Inegi estimó que alrededor de 5 millones de personas trabajaban en dependencias del gobierno federal, estatales y municipales. ¿Cuántos de ellos realizaron trabajo político-electoral en sus “ratos libres” en estas elecciones? Es un misterio.
Las autoridades electorales tendrán que resolver qué tan legal fue. Es una de las quejas e impugnaciones presentadas. Por ejemplo, en Veracruz, el PRI acusó que durante seis meses documentaron “amenazas a los trabajadores del estado para hacer brigadas después de concluir sus horarios de trabajo y en fines de semana”.
El triunfo arrollador de Morena se debió, en gran parte, a esos brigadistas de la transformación.