Política

De médicos, psicólogos y chamanes

  • Columna de Alberto Isaac Mendoza Torres
  • De médicos, psicólogos y chamanes
  • Alberto Isaac Mendoza Torres

Durante mi infancia pasé por un episodio de un terrible dolor de muelas. Recuerdo que la intensidad se hizo presente cuando la tarde se escapaba del reloj. Esperando que desapareciera nos dio la noche y no pude dormir por más de dos minutos, entre grito y grito, mientras suplicaba porque alguien calmara mi sufrir.

Claro que por la hora y la época en la que sucedió este indeseable padecer odontológico no recibí atención médica inmediata. Hasta la mañana siguiente que, al fin, mis padres pudieron encontrar un dentista disponible.

Recuerdo estar en la sala de espera del consultorio que olía a madera y alfombra (por supuesto que la alfombra tiene olor y ese depende de en qué habitación esté). El dolor seguía, pero el palpitar intenso que antes sentía en la encía, ahora estaba en donde debía, en el corazón. Mi ritmo cardiaco corría más rápido que mi imaginación construyendo terribles aparatos de fierro que conquistarían mi boca dentro de pocos minutos.

Cuando al fin estuve en el sillón del dentista no pude acertar a decir cuál incisivo, canino, premolar o molar me dolía. Es más, ya no había dolor, lo podría jurar. De haber estado en mis manos, en ese momento le habría ofrecido una disculpa al médico por hacerle perder su tiempo, habría recogido mi dignidad fragmentada en el enjuague bucal y me habría salido dispuesto a seguir jugando o cualquier cosa que hiciera a esa edad.

Muchas veces he escuchado a la gente recomendar a un doctor porque “con solo mirarte sabe lo que tienes” y a la primera te receta lo que en verdad necesitas. O bien hay gente que dice que su psicólogo los conoce tan bien que seguro en la siguiente sesión que tengan habrá de descubrir la travesura que hicieron y que les habían pedido no hacer.

Desde luego que los médicos de consulta general o especialistas que no buscan a la primera llevar al paciente al quirófano, los psicólogos y los psicoanalistas, comparten funciones con el chamán, más de lo que están dispuestos a aceptar.

Los chamanes operan desde lo simbólico. Para ellos siempre habrá algún responsable que haya hecho un trabajo al doliente. Sus consultantes están amarrados a un muñeco, tierra de panteón, un viejo amor o un enemigo disfrazado de amigo o de familiar. Por eso ofrecen con sus cánticos, sus brebajes, sus hierbas, sus bailes y sus palabras deshacer esos nudos y atarlos a la vida tal y como la conocían antes. Lo hacen y el dolor se va.

Es magia.

Pero cómo puede ser si apenas la entrega anterior había afirmado que no era magia una consulta psicológica, que los pacientes deberían llegar a comprender de inicio que esto se trata de un proceso, que lleva tiempos y ritmos. Que no se da con un abracadabra.

Es cierto, como lo es el hecho irrefutable de que el efecto placebo tiene fuertes implicaciones en lo que hacemos médicos, psicólogos, psicoanalistas y chamanes. Este efecto opera desde lo simbólico y tiene implicaciones en el cuerpo y en la psique. A veces con esto es suficiente, otras tantas no.

Si esa mañana hubiera salido corriendo o caminando tan campante del consultorio del dentista, me hubiera llevado la paz bucal conseguida apenas pasé el umbral de su privado y me enfrenté con utensilio médicos, diplomas y fotos de voraces bocas abiertas colgadas en la pared, amén de la fantasmal bata blanca.

Pero seguramente por la tarde o a los días me hubiera vuelto el dolor, y lo peor, con mayor intensidad. Todo porque no se atendió la infección que estaba dando lugar a mi dolor de muelas. El tratamiento era pues tomar antibiótico, esperar a que desapareciera y ahora sí, extirpar o salvar el diente dañado.

Lo mismo pasa en las consultas psicológicas, se puede ir el paciente una vez que ya no sienta dolor, pero eso no resolverá el problema, este vendrá por sus fueros a reclamar su territorio de sufrimiento, ya sea con la misma u otra manifestación, o manifestaciones.

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.