Cultura

¡Suicida!

El otro día fui a la Ciudad de México. Buscando un sitio caminé por varias calles y ya para llegar me topé con una escena interesante: desde un quinto piso un tipo se balanceaba peligrosamente en un barandal. -¡Me voy a matar! -gritaba. Ya se había juntado una pequeña muchedumbre y me uní a ellos. -¡Ay, Dios mío! -se lamentaba una mujer, y llevándose la mano a la boca apartaba su vista del edificio. El suicida apretaba los dientes, con una mano se sujetaba a un tubo y con la otra intentaba arrancarse la camisa. Su mirada era entre la de un loco y un desesperado. -¡Se va a tirar! -gritó alguien, y pronto se escucharon una secuencia orquestada de ayes, híjoles y asomadres, pero el tipo no se arrojó. -¡Hagan algo! -espetó un pelón de lentes, y todos se miraban entre sí, atónitos, confundidos. Llegó la policía. De la unidad bajaron dos oficiales -una era mujer- se abrieron paso entre la gente, voltearon hacia arriba, vieron la calle y la banqueta y calcularon que si el tipo se arrojaba, caería justo sobre la gente. -Ahí por favorcito, se me echan para atrás-, ordenó el oficial, y la gente como que de pronto entendió el porqué de la maniobra y se replegaron. Hay dos niños aquí; miran al suicida, apuntan sus índices hacia él, se miran y ríen –a carcajadas–. Son niños, no parecen entender la gravedad de la situación, pensé. -¡Cállense! -gritó la mamá-, ¡no es juego! -Ya..., ¡pues que se tire el puto! -respondió el niño. La mamá le propinó un coscorrón y de la risa pasó al llanto. -¡Ay no, ay no! -gritó una secretaria cuando el suicida se soltó del barandal y se balanceó hacia adelante, a punto de arrojarse. Más ayes, híjoles y asomadres, más vecinos y otra unidad de policía; una anciana se desmaya, ya viene la ambulancia, la prensa. Pero el tipo volvió a sujetarse del tubo, apretó los dientes y siguió haciendo gestos caóticos. En ese punto comencé a desesperarme. -Que se tire, chingadamadre -dije entre dientes. Una señora me escuchó e increpó: -¿Cómo dijo? ¿Que no ve que se va a matar? -Pues sí: de eso se trata, ¿no? Uno de los policías se acercó a la puerta del edificio, tocó el timbre y un hombre en pijamas abrió la puerta, estaba bebiendo café. Conversaron brevemente y se filtró que el suicida ya tenía varios intentos para aprender a volar. La gente sigue en tensión, mirando y exclamando. De pronto de la ventana del departamento del suicida sale otro tipo y lo llena de exhortaciones, pero él no escucha y se aferra a su plan. Siguen las negociaciones mas no se observa ningún progreso, por lo que el tipo del departamento comienza a forcejear con el suicida y en un santiamén pierde el equilibrio, intenta sujetarse del tubo, lanza un grito aterrador e irremediablemente cae, despedazándose las piernas y la pelvis en la banqueta. El suicida, estupefacto, se repliega y esconde en el departamento. La gente grita, corre, policías acuden a socorrer al accidentado. Por fortuna no murió, pero todo parece indicar que quedará lisiado por el resto de su vida.

Mire, si alguien se quiere matar, pues que lo haga. Razones habrán muchas para hacerlo; que los suicidólogos se ocupen de estudiar el fenómeno, yo soy de los que piensan que una decisión así debe respetarse. Entiendo que no es muy cómodo para familiares y amigos del muerto, pero hay situaciones que no se pueden resolver; hay que aprender a vivir con eso. Tanto vivir como matarse pueden ser situaciones desesperadas, es parte de nuestra naturaleza. ¿Se quiere matar? No lo piense dos veces. Seleccione el método que mejor se le acomode. Nomás no se lleve a nadie de encuentro, recuerde dejar pagadas sus deudas (especialmente los gastos funerarios) y no le eche la culpa a nadie: váyase discretamente y en paz. Ah, evite las cartitas dramáticas: son un romántico detalle, pero no sirven de nada. Buen viaje.

[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.