Hace unos días vi la película Musarañas, del productor Álex de la Iglesia. En una escena, una señorita relata cómo su hermana mayor, cuando eran niños, entraba a su recámara por las noches para leerle cuentos de terror. Ella, aterrada, cerraba los ojos y fingía quedarse dormida para que la hermana detuviera aquel proceso. En una última escena se muestra a la hermana cerrando el libro de cuentos de terror al tiempo que lo deja a un lado de la cama de la niña: era la Biblia.
Leer ese libro siempre es un auténtico gozo. En una ocasión le pregunté a un pastor protestante por qué eran selectivos con los textos que ahí venían: –Ustedes siempre leen los mismos pasajes, aquellos que son piadosos o donde se hacen buenas obras, pero omiten las partes más cruentas, misóginas, incestuosas y de barbaridades e injusticias cometidas tanto por Yahvé como por el "pueblo escogido. –Mire –contestó el pastor–, si yo leyera todos esos relatos terminaría con el templo vacío. –¿Entonces no todo lo que viene allí es palabra de Dios o está inspirado por él?– rematé. Entonces el pastor se me quedó viendo de manera siniestra, se dio la vuelta y se marchó. Queda claro que uno debe ser juicioso al momento de seleccionar las partes de ese libro que uno le va a leer a su congregación o a sus hijos. Pero como a mí me gustan los cuentos de terror y las cosas cruentas, lo encuentro divertidísimo. Hay un pasaje que me encanta, el de Razías, en el libro de Macabeos. Disfrute:
"Entonces denunciaron ante Nicanor a uno de los ancianos de Jerusalén, llamado Razías, hombre muy preocupado por el bien de sus conciudadanos, que gozaba de excelente fama y que, a causa de su generosidad para con ellos, era llamado 'padre de los judíos'. Anteriormente en tiempos de la rebelión ya había sido acusado de defender la causa judía, y él, con toda firmeza, había expuesto su cuerpo y su vida por esa causa. Nicanor, para hacer patente la hostilidad que sentía hacia los judíos, envió más de 500 soldados para apresarlo, pues pensaba que arrestar a este hombre sería un duro golpe para los judíos. Las tropas estaban ya a punto de tomar la torre donde se encontraba, y trataban de forzar la puerta de fuera, habiendo recibido órdenes de prender fuego y quemar las puertas, cuando Razías, acosado por todas partes, volvió su espada contra sí mismo, prefiriendo morir noblemente antes que caer en manos de aquellos criminales y sufrir injurias indignamente. Pero con la prisa de la lucha falló el golpe. Entonces cuando las tropas ya entraban por las puertas corrió animosamente hacia lo alto de la muralla y valientemente se lanzó sobre la tropa. Rápidamente los soldados se retiraron a cierta distancia y él cayó en el espacio libre. Todavía respirando, lleno de ardor a pesar de estar gravemente herido, se levantó bañado en sangre, pasó corriendo por entre la tropa, se colocó sobre una alta roca y, casi completamente desangrado, se arrancó las entrañas. Y, tomándolas con las dos manos, las arrojó sobre la tropa, pidiendo al Señor de la vida que algún día se las devolviera. De este modo murió".
Fíjese que si yo fuera director de cine ya estaría escribiendo un guión con esta súper historia. Lo que no me queda claro es por qué andan pastores y sacerdotes diciendo que la Biblia es palabra de Dios. Es patente que hay muchas partes que están lejos de ser inspiración divina. O, si eso es cierto, entonces debemos ejercitar precaución extrema al momento de insultar a Yahvé, porque las cosas pueden ponerse violentas. El escenario hoy en día, por fortuna, es otro; mucha gente entiende que el libro en cuestión no debe tomarse literalmente y prefieren quedarse con aquellos pasajes que les son amables o inspiradores. En todo caso, sangre, venganza, vileza, misoginia, sacrificios, suicidios, homicidios, lapidaciones, guerras, sitios y violencia desmedida corren a borbotones en ese libro y a mí me encanta, pues retrata perfectamente lo que siempre hemos sido: unos monstruos enloquecidos, nefastos y abominables. Demuéstreme lo contrario.