Cultura

Modas y tendencias

En mi celular hay una función de noticias que se activa cuando deslizo la pantalla hacia la izquierda. Bajo qué algoritmo o proceso estadístico me salen unas noticias y no otras, no lo sé, pero sé que existe un mecanismo que lo hace. Lo que veo son ciertas notas que se repiten bajo distintas plataformas y autores, pero que, en el fondo, son las mismas. Por ejemplo, me estuvieron saliendo artículos sobre “Los 10 libros que Borges recomienda leer antes de morir”. Lo mismo recomendó Haruki Murakami y otras celebridades. Y usted se acordará de aquella frenética y obsesiva racha del meteorito asesino: durante más de dos meses no había día en que no saliera algo sobre tal o cual meteorito que pasaría cerca, tan cerca de la Tierra, como para acojonarnos a todos. Y claro, siempre es la NASA la que anuncia tales escenarios apocalípticos, pero terminaban aclarando que esas piedrotas pasarían a millones de kilómetros del planeta. Después vino esta fijación por el estoicismo y de pronto las meditaciones del emperador Marco Aurelio se volvieron un best seller. Ah, y no pasemos por alto toda esta manga de oncólogos, nutriólogos, psicólogos y otros especialistas de las ciencias médicas, todos por arriba de los 90 años de edad, que gritaban tener el secreto tanto de la longevidad como de la felicidad. Hoy me volvieron a aparecer notas sobre el peligro inminente de la inteligencia artificial y cómo prácticamente la trama de la película Terminator casi está por ocurrir. Así, cada tanto tiempo van desfilando estas modas o tendencias sobre ciertos temas que levantan sospechas.

Mire, una cosa es que te salgan cosas relacionadas con tus búsquedas y compras en línea, me queda clarísimo que existe un mecanismo que recauda esta información y la procesa para estimularte a comprar más productos de ese tipo. A mí me aparecen notas sobre bocinas portátiles, cámaras digitales, noticias sobre bandas de heavy metal, novedades literarias y reseñas de cine de terror. Pues esos son mis intereses generales.

Se sabe también que los teléfonos escuchan nuestras conversaciones bajo un mecanismo de seudoespionaje y eso también facilita el tema de la mercadotecnia. Pero aquí tenemos otra faceta que me preocupa, la de estas líneas de textos y noticias que explotan tal o cual tema y lo proyectan durante una cierta unidad de tiempo. Una de las características que he visto en estos textos es la paranoia, y otra, el temor al envejecimiento y a la muerte. Otras tendencias intentan despertar procesos de ansiedad sobre la guerra, la violencia o la economía. Y no soy conspiracionista, me baso en la observación de que estas oleadas con información específica no pueden ser aleatorias. Está pensado. Lo cuestionable sería el objeto, la finalidad. Eso no lo sé y no tengo suficiente información como para crear un modelo que intente explicarlo, pero de que hay algo, lo hay.

Uno se clava en lo que le llama la atención, en lo que quiere y en lo que permite que entre a su cerebro. Tengo un amigo que decidió no leer absolutamente ninguna noticia que tuviera que ver con la crisis de violencia que vivimos en el país. Apoyo esa decisión. Ver muchas de esas noticias te cambia, te afecta. Mire, yo tuve un tiempo en que me obsesioné con los accidentes aéreos. Luego pasé por una etapa más o menos obsesiva por ver videos de policías en EU liándose a balazos con delincuentes, todo visto desde las cámaras personales de los oficiales. Esto tiene un efecto en nuestra psicología, y es contundente y crónico. Insisto: es lo que permitimos que entre en nuestra cabeza, es parte de nuestra cotidianidad, no es un tema menor. Y no se trata de rechazar la realidad y alienarnos para sacarle la vuelta a las noticias: uno debe estar enterado de lo que pasa, es una necesidad. Pero hay información que viene en paquetes tendenciosos y debemos discernir qué nos sirve y qué resulta pernicioso. Propongo llevar a la conciencia esta observación y hacer una lista de temas o cosas que podríamos estar viendo en nuestros tiempos libres y que, lejos de provocarnos efectos negativos, nos ayuden a gozar, prosperar o a desarrollar una actitud crítica.  Lo cierto es que pasamos más tiempo asimilando una realidad digital en lugar de vivir la vida de manera orgánica, física, esa que genera recuerdos gratos y duraderos.


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Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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