Cultura

Conexión

Caminando una fría tarde de invierno por Hyde's Park, en Londres, pasé junto a una larga fila de hayas y encinos deshojados; si uno se fija bien, notará que la estructura de las ramas elevándose, irradiando y haciéndose progresivamente más delgadas asemeja muchísimo a la estructura de la vascularización del cuerpo y de los pulmones. La organización tisular de estos últimos permite llevar el aire a través de la tráquea, los bronquios y de ahí a la parte más recóndita del sistema respiratorio, los alvéolos, donde el oxígeno será captado a través de un epitelio y hacia la sangre, donde será captado por la hemoglobina y llevada al resto del organismo. Asimismo tenemos que la estructura de la hemoglobina se parece mucho a la de la clorofila; ambos poseen un metal como parte de su estructura: fierro para la hemoglobina y magnesio para la clorofila. Y estos metales son los que logran que la sangre presente su característico color rojo y el verde para la clorofila. El punto es que las plantas generan oxígeno como producto de desecho de un proceso de transformación energética y nosotros lo respiramos y utilizamos como elemento energético en un proceso fisiológico muy complejo.

Este es solo un ejemplo, de muchos, que confirma que estamos conectados con el resto del mundo viviente (y con la tierra y sus elementos y con la energía de una estrella) de una manera profunda y fundamental. Quienes se empeñan en negarlo y afirman que somos criaturas divinas y otras mamadas no advierten que la genética no miente y que estamos emparentados con absolutamente todas las formas de vida que existen y han existido en este mundo.

Siempre que hago una observación de esta clase, la de equipararnos con otras formas de vida dentro de un contexto evolutivo, inevitablemente pienso en humildad, pero entendiéndola como lo contrario a la vergonzosa soberbia creada por la religión cristiana al sostener que estamos por encima de esta naturaleza, por razón de haber sido creados a partir de la imagen de un ser superior del cual nada se sabe pero que tanto se especula de manera estéril. Y tampoco hay que caer en el otro extremo de minimizarnos con eso de que no somos nada porque el universo es muy grande y nosotros venimos de un organismo unicelular y somos apenas un grano de arena en una playa infinita; eso es una falta de apreciación de nuestro correcto tamaño, proporción y lugar en el esquema general de las cosas, desde lo muy pequeño hasta lo insondablemente grande: tenemos el tamaño e importancia correctas, ni más ni menos. Nuestra grandeza viene precisamente de haber evolucionado a partir de un proceso donde un cierto número y calidad de sustancias convergieron para formar un organismo capaz de captar sustancias de su medio, (como los minerales, y así formar conchas, caparazones y huesos, entre otras funciones) y desarrollar mecanismos bioquímicos para aprovechar la energía del medio como líquidos, gases y la radiación solar y evolucionar y al final haber logrado obtener una conciencia de nosotros mismos y haber sido capaces de elaborar leyes y principios para entender el funcionamiento de la naturaleza y nuestro lugar en ella. Así, me emociona mucho pensar en cómo un organismo tan simple –en apariencia– como un alga y una planta desarrolló la capacidad de captar la luz solar y transformarla en energía y que el residuo de este proceso haya sido aprovechado por otros organismos para lograr el mismo fin.

Camino por el parque en esa fría tarde con viento y lluvia ligera y no dejo de pensar en que estos árboles y yo sobrevivimos por procesos bioquímicos muy parecidos y que tenemos un origen común y, encima, coexistimos de manera simbiótica, por lo que pido más humildad al momento de considerar nuestro lugar en la tierra: no somos más que una pieza más en un esquema de evolución generalizado en uno de miles de millones de mundos surcando el tiempo y el espacio, así que le vamos bajando de huevos bien cabrón con eso de que estamos soñados y bajados del cielo.

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Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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