Cultura

Carta

No todas las personas pueden hablar de su padre como alguien notable, un ejemplo a seguir o como alguien a quien recordar. Yo sí. En 1947, mi papá estudiaba ingeniería en el Esime, en México. En ese tiempo el país pasaba por una fase de desarrollo industrial importante. El presidente Miguel Alemán Valdés promovió una serie de cambios que habrían de modernizar al país y mi papá fue parte de ese impulso. Desde chico sintió una atracción por los metales; decidió entonces dedicarse a fabricar piezas de cobre y llamó a su empresa Cuprum –cobre en latín–. Pero luego cambió de opinión, pues se dio cuenta que el aluminio era un material más estratégico, así que se fue por ese lado. Llegó a Monterrey en 1948 y fundó una empresa de perfiles de aluminio. Con ellos hacían marcos de ventanas y escaleras, entre otras cosas. Lo más seguro es que usted tenga en su casa una de las escaleras de mi papá o que las haya visto por ahí. Hace unos años mi tía me mandó una copia de una carta que mi papá le mandó a mi abuela mientras estudiaba en la Ciudad de México. Quiero compartirla con usted. Creo que es importante no solo por el momento histórico que retrata, sino por la visión que presenta.

México, DF, julio 22, 1947
Querida mamacita:

Sé que haz de estar enojada conmigo porque hace mucho no te escribo y te doy toda la razón, pero ya sabes que yo soy muy flojo para hacerlo, pero no quiere decir que me olvidé ni un momento de ti.

Ahora que estuvo Andrés en Tampico, nos dejó el carro a los tres y nos dimos las grandes paseadas en él; el domingo antepasado nos fuimos los tres y dos amigos fuera de México a bañarnos a Tequesquitengo y después fuimos a las grutas de Cacahuamilpa y ya hasta habíamos planeado irnos el sábado y domingo pasado a Acapulco, y ya teníamos todo preparado cuando nos llegó un telegrama de Andrés avisándonos su llegada, lo que nos desbarató el paseo, pero de cualquier manera ya le habíamos sacado jugo al carro.

Estoy muy contento porque con el nuevo decreto presidencial se crearán en México muchas nuevas industrias que necesitarán gran cantidad de técnicos que no hay, y los pocos que habemos nos vamos a poner las botas y nos sobrará trabajo donde queramos, y por lo mismo ganaremos lo que nos dé la gana. Desde hace varios días están colocando circulares en los tableros de la escuela en las que se solicitan ingenieros en diferentes partes de la República y todas pagando muy buenos sueldos, pero como ya te dije una vez, yo no pienso trabajarle a otro mientras pueda hacerlo para mí. Andrés llegó aquí el sábado pasado, según me dijo Ernesto, que fue con Evangelina a recibirlo al aeropuerto, pero no lo he visto todavía, pues nos vemos muy poco porque tanto él como yo andamos ocupados en nuestras cosas, y yo no tengo tiempo para andarlo buscando ni él para buscarme a mí.

Hace un mes que dos compañeros de la escuela y yo estamos experimentando en la fabricación de unos productos de cobre que se consumen mucho en México y que los que mandan de EU no alcanzan para el consumo y aquí en México no los hacen, porque no saben cómo y nosotros ya hemos obtenido algunos resultados muy prometedores, al grado que quizá los podamos fabricar tan buenos como los gringos y mucho más baratos por ser el cobre y la mano de obra más barata aquí. Actualmente estamos haciendo los experimentos en los laboratorios de la fábrica de armas del gobierno, de la que conseguimos nos prestaran su maquinaria para los experimentos y si llegamos a obtener los resultados que esperamos, de lo cual estoy casi seguro, tendremos en nuestras manos los datos y el método para poner en México una industria básica de las más importantes, la cual no existe en México en la actualidad y nuestros productos nos los arrebatarán por utilizarse mucho, como te dije, y por no haber en el mercado. Quizá pienso que esto es simplemente un sueño más de los míos, pero todas las realidades han empezado siendo sueños.

Por acá todos estamos sin novedad.

Saluda a mis hermanas de mi parte.

Tu hijo que mucho te quiere,
Crisógono


Fíjese que de mi papá aprendí a resolver problemas y a fabricar cosas. Todo el día estaba viendo qué inventaba; dibujaba lo que se le iba ocurriendo en una libreta y cuando podía fabricaba esas ideas en un taller. Yo aprendí esa lógica. Pero tenemos un problema grave: cuando uno escucha a un presidente abogar por la educación, el turismo o la industria, ese ímpetu se irradia, se transmite y la gente reacciona, se emociona. Porque saben que se vienen cambios y mejoras. Confían en un líder que ve más allá y comparten su visión y encauzan su energía de manera eficiente y concreta. Lamentablemente ese no es el caso hoy. De hecho, es todo lo contrario. Habrá que buscar nuestras motivaciones en otra fuente. Quizá en el pasado podamos encontrar buenos y concretos ejemplos; esta carta de mi papá bien puede ser esa fuente. Puedo escuchar su voz fuerte y claro, a 72 años de distancia. Es hora de ponernos a trabajar, a cambiar las cosas, porque al paso que vamos el país se va a la mierda pronto.

[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.