Nexos

La gran mortandad 2008-2021

Las muertes por la violencia, por la enfermedad, es de magnitud demográfica. En los últimos años ha disminuido la edad promedio de la población mexicana.

Por: Fernando Escalante Gonzalbo

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

Son cientos de miles de muertos no sólo anónimos, sino desaparecidos: privados de la mínima ceremonia de respeto, de un funeral. Los cadáveres de la violencia no están: acaso en una morgue con una etiqueta sin nombre, en una fosa clandestina o en un basurero, no están para los suyos, son miles de familias que no han podido ni siquiera enterrar a sus muertos. Los fallecidos de la pandemia, miles de ellos, agonizaron aislados durante semanas y, al final, no se les pudo velar, acompañar, enterrar —por la prisa, por el miedo, porque eran demasiados. Es un dolor añadido para los vivos, un dolor que no tiene remedio posible. La muerte humana no es pura pérdida, es también vínculo o puede ser vínculo para una comunidad: eso hacen los rituales, permiten que los muertos nos acompañen. Algo de la condición humana ha cambiado cuando no es posible honrar a los difuntos.

Lee aquí el artículo completo.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.