Por: John Lindsay-Poland y Carlos A. Pérez Ricart
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
México es el único país del mundo en el que el Ejército se encarga prácticamente de la totalidad de los procesos relacionados a armas de fuego a nivel federal, incluyendo su producción, importación, registro, portación, comercialización y destrucción. Todas son facultades exclusivas del Ejército. Además, sus miembros despliegan armas en operativos y son quienes, a su vez, aseguran gran porcentaje de las armas ilícitas en el país. Esta concentración de facultades es contraria a las buenas prácticas —cada vez más generalizadas en América Latina— que privilegian modelos híbridos de control entre civiles y militares.5 El monopolio de la Sedena tiene serias consecuencias sobre la transparencia y el acceso a la información en varios temas nodales. El principal de ellos es la posibilidad de auditar correctamente el Registro Federal de Armas (RFA), organismo encargado del registro de armas que circulan legalmente en el país. La poca información existente sobre el RFA apunta a un subregistro abismal en sus números.